Siento como si me fuera a enalbar, el silencio me hace pensar y romper los esquemas de una vida tranquila, de esa vida que pretendía llevar antes de tu partida. Un sonido acústico me hace sonreír y me pregunto cómo es ella, de qué habla, ¿qué te hechizo para que no llamaras mas? Pero no más, la víspera de navidad llegó y con ella los deseos de besarte. Las miradas que perdí cuando me enteré de tu adiós, un Adiós frío y silencioso que me empuja de decir que te odio. Quizá no sea tu culpa, quizá tu nunca me hayas amado como decías, quizá ni siquiera sabes que es amar, y no sufro por ti, sufro por haber dado tanto a alguien que no lo merecía. De nuevo llegan otras preguntas que no tienen un interlocutor, solo la soledad que se posa en mis pensamientos y me hace estallar en llanto. No puedo decir que nunca más amaré, pero te digo que a ti de nuevo jamás te besaré. Quédate con el vago y equivocado recuerdo que tienes de mí. Que yo me dedicaré a alimentar mi fiel y respetuoso sentimiento. Quédate con la soledad de tu mirada que se regocija con el beso de ella, pero que al dormirse me recuerda. Quédate con mi corazón y destruyelo aun más que yo me dedicaré a sonreír y burlarme de la tristeza mientras te pienso. Quédate con tus burlas, que mi ser se dedicará a pensar y descifrar el sublime momento en que te perdió.

Y búrlate de mi amor mientras el mundo te celebra la osadía, que mi ser se dedicará en la lejanía de sus sentimientos a tallar con ímpetu el cielo que forjamos con los besos. Quédate con la satisfacción del daño, quédate con la sensación de haberme enajenado. Que mi ser cuidará con detalles la prisión a la que lo sometiste. Quédate con todos los recuerdos y botalos a la basura que mi valentía irá por ellos y pegará con amor cada retazo que tus sucias manos destruyeron. Quédate con ese nuevo amor que a mi el amor de nuevo me llegó y sin querer amaré sin descanso mientras otro corazón planea como derribar de nuevo a este valiente corazón que se enfrenta cada mañana a la maldición del amor….