Me enamoré de su collar de perro, Su pelo sedoso Y ese trasero con vaivén. Todas las mañanas paseaba por la acera Y yo la piropeaba sin parar. Ella, Aunque siempre me observaba Nunca se acercó y Tampoco reclamó. Lástima que mis cadenas fuesen tan cortas.
Texto agregado el 17-12-2006, y leído por 258 visitantes. (10 votos)