Debo ser aquello
que aplaca a mis sentimientos,
debo ser aquellos
que desvive mis ganas de querer,
debo ser aquello
que algunos quieren que sea,
pero no puedo, no puedo mas.

Mis sentidos se aparentan y representan
en una coraza que me resulta imposible contener.

Debo ser aquello
que algunos sueñan con tener,
utilizando todo lo que este a mi alcance
y cuando no me fuera suficiente,
engañarme con que es en realidad lo que yo quiero.

Debo ser un verdugo de mi alma,
fusilar mis emociones y seguir erguido
admirando una tarde de lluvia asfáltica.

Puedo ser, quien yo quisiera ser,
pero no me atrevo a decirme
que este quien soy, no soy realmente yo.

Me he enfrentado a héroes y villanos,
muchas veces siendo héroe o villano.

Pero ahora es que llega la prueba final,
enfrentar al héroe y al villano,
admitir la simple mortalidad,
la incapacidad para hacerme eterno,
aceptar una realidad imbatible,
pregonar con la verdad hacia mi mismo.

Dafne florece sobre el cráneo de los vencidos,
Orfeo afina sus cuerdas,
para ejecutar el mas bello réquiem
que se haya oido jamás.

El dolor es una tragedia
que se desliza entre nuestros pensamientos
y que nos lleva a realizar lo impensado.

Debería atreverme a no deber ser,
pero no puedo dejar de ser
quien creen que debo ser.

Phersu se apodera de mi alma,
los Dioses sentencian mi destino.

No he nacido para merecer.