AVARICIA


Tu nombre resbala por la punta de mi lengua
y cae resbalosamente por mis pechos,
que ansiosos de esperarte se duermen,
en la sombría tristeza de la luna.
Mi avaricia de tu piel
retumba entre mis piernas
húmedas de tanto caminar,
sin hallarte.
Mi cadáver descansa en una cama rota
y aun muerta
mis labios se humedecen
con el contacto de tu nombre,
resbalando por mi lengua
y cayendo directa y calladamente
hasta llegar a mi sexo
a ciegas,
mientras mi vientre lo acuna,
a tu nombre,
lo empuja serenamente
hasta los pies que lo envuelven
y lo asesina.