Enterrado vivo.
Lentamente abro mis ojos, esperando ver un destello de luz… los froto con mis manos y parpadeo un poco, mis pupilas se dilatan y mis sentidos se agudizan cuando descubro que no puedo ver nada.
Un peso terrible oprime mi pecho y trato en vano de articular palabra, un aire seco me cierra la garganta y ante mis inútiles esfuerzos, emito en un quejido el nombre de mi esposa… a cambio recibo el más cruel de los silencios, la oscuridad eriza mi cabello y enchina mi piel, la sensación es terrible, mis músculos no responden, como si estuviera totalmente paralizado. Con movimientos robóticos alcanzo lo que parece ser la lúgubre tapa de mi sufrimiento. Una sensación de euforia arranca en mi, el deseo de salir, grito con todas mis fuerzas, pataleo y golpeo en todas direcciones… las lagrimas recorren mis mejillas y mis fuerzas poco a poco se acaban, el aire es casi nulo y el calor sofocante, como si estuviera en el fondo del averno…
Mi respiración es agitada y el latido de mi corazón se vuelve execivamente rápido, mi mente se inunda de pensamientos ridículos y en el caos de mi tumba se escuchan los gritos y lamentaciones, grito en voz de auxilio y golpeo con todas las fuerzas que me quedan, al paso del tiempo no puedo respirar y las gotas de sangre, producto de los golpes, caen sobre mi rostro.
Toco todo mi cuerpo y descubro que tengo aquel traje de gala oscuro, en uno de los bolsillos del saco siento lo que parece ser una pistola, un escalofrió recorre toda mi espalda ante el macabro hallazgo. No puedo controlar mis manos, que tiemblan como el aleteo de unas alas… ante mi desesperación tomo el arma y la apunto a mis sienes, aún cuando mis manos no se controlan, mi lengua y mi boca se encuentran secas y sucias de polvo, siento una carga terrible en mi cuerpo y siento no poder seguir adelante, pero en el ultimo goce de aliento cuento la desiciva muerte, 1… 2… 3…………….
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