Ustedes creen, señoras, señores, culicagados y culicagaditas, que un simple día de adolescente puede ser mas divertido que tener SEXO?. no creo que sepan mucho, de lo que puede llegar a pasar en la vida de un simple adolescente, rebelde sin causa, expuesto a toda clase de peligros circundantes en la sociedad.
Está un perfecto ejemplo. Pablito : 18 añitos, estatura promedio, no muy acuerpado, con una sonrisa de lado a lado con semejantes dientononones que si se llega a caer de frente rompe todo el concreto en el que esté parado, pecoso además de tener el apodo de "críspeta" por las grandes protuberancias que yacen en su cara denominada por la gente como barros o espinillas y ser toda una persona íntegra y correcta en sus actos. el joven Pablito se levanta tipo siete de la mañana para asistir a clases en un colegio distrital (ya que sus padres no tenían el dinero con que sostenerlo en un colegio privado), toma s ducha diaria, se cepilla sus dientecillos, y mira que no quede sarro por ningún lado, toma su morral y arranca para el colegio caminando, ya que le queda a dos cuadras. El joven, muy aplicado a su estudio, mientras que va camino a la escuela lee cuidadosamente unas lecturas que la maestra avía puesto el día anterior y justo a media cuadra de clases se encuentra con Pepe, un joven de 19 que por cierto es muy corpulento y bastante grande, midiendo casi dos metros de altura. Pepecillo, como le decían, además de ser corpulento tenia a todas las chicas del barrio, de la escuela y en fin, de todo lo que estuviese cerca detrás de el con las babas colgando de la boca. En fin, era el chico malo que golpeaba a todo menor que el para quitarle el almuerzo o el dinero y el jovencito Pablo no se salvo de esta. al acercársele pepecillo, el crispeta quedó estupefacto, ya que pensaba encontrarse con una tremenda golpiza. lo que hizo pepecillo fue simplemente arrebatarle las lecturas y se dio cuenta que no eran exactamente unas lecturas que la maestra había puesto, y como todo adolescente que se respete, era pornografía, y de la buena, tanto así que lo único que pepecillo pudo decir fue, "uy hermano, que nota de revista, mañana se la devuelvo" y efectivamente, no se la devolvió.
Pablito, un poco angustiado por lo que pensaba que pepecillo pudiese hacer con su revista, tan preciada, llegó a clase de biología malhumorado. Tuvo su clase normal, observando las pucheconas de la maestra Silvia, y el traserón que tenia sin olvidar la forma en como miraba a sus estudiantes estrella, como insinuándoseles con su cabello rojo carmín, no tan largo, sus dulces labios color canela y voluptuosos, sin eximir las gafas que mantenía puestas sobre sus ojos, camisa de colegiala entreabierta, casi que mostrando el brasier, su cinturita de reina de belleza y sus piernotas revestidas por la dulce tela de una falda que le faltaban veinte centímetros para llegar a la rodilla y que al sentarse se le notaban unos panties amarillentos por el uso. En pocas palabras, inspiraba SEXO, y la palabra era muy reconocida entre los jóvenes estudiantes, polvo de gallo, que con solo verla se les notaba el pantalón húmedo. Era todo un sueño erótico, que para pabilito no era nada inusual.
Bueno, después de semejante clasonota, pablito tuvo su receso, durante el cual no se quedó atrás conociendo nuevas chicuelas de tercer año, claro está, viendo sus rostros a lo lejos. Se reunió con sus amigos de la clase, los llamados “nerds”, para consultar sobre páginas triple x de Internet donde fuese gratis la inscripción pensando ver fotografías de celebridades desnudas, sabiendo que son montajes.
Suena la campana, tipo nueve y cuarto de la mañana, justo cuando pablito hacía el comentario de su revista perdida que con los ahorros del cerdito pudo comprar. Entran a clases de nuevo y pablito se queda viendo como la maestra carlota se queda atorada al cruzar la puerta del salón de clases, por sus tremendas voluptuosidades que sobresalen desde todos los puntos de vista. Pablito sonriendo le dijo a su querida profesora que quería ir al baño, y lo que hizo fue irse para su casa a jugar computador, pero resulta que no muy tarde, tipo diez y media de la mañana, llaman del colegio reportando su pérdida. Para su mayor suerte, sus padres no estaban, y el, contestó, con una voz moderada para parecer mayor de edad y por cierto, le creyeron de la escuela, confundiéndolo con su padre.
Supuestamente, como había comentado hace unos momentos, el joven Pablo fue a su casa a jugar tiernamente con su computadorcito. NO FUE ASI!!!. El muy pelotudo, aún excitado por las clasecitas de biología de la señorita Silvia, no hizo mas que sacarse su pirulo mientras se encontraba en el cuarto viendo el progreso de su RPG favorito y empezó a menearlo, masturbándose, ya casi convirtiéndose en una perversión cuando de la nada su puerta es abierta y la cara de una madre decepcionada es vista por primera vez.
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