Un día sabemos que el amor se muere.
Lágrimas de cristal entre mares espejados,
encandilan en brillos tornasolados.
De arriba abajo,así mata el amor,
delicadamente engarzado en apariencia,
manos traicioneras acarician
el doblez de las ortigas.
Voces de ángeles mojados
atenuan nostalgias,tristezas y errores.
Gélidos vientos confirman su responso,
nada anuncian de próximos predadores.
Siguientes mañanas atomizan la orfandad,
con sorpresas de pequeñas ternuras.
Es un muerto que no para de nacer.
¡Amén!¿Amén?...
Texto agregado el 12-12-2006, y leído por 129
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