Eres
(8 de febrero 2005, mi Cumpleaños)


Y tus lágrimas lentamente recorrían tus mejillas, cual promesa de lluvia en el desierto, y ahora, en plena necesidad las veo convertidas en espejismo, y así descubro, que un poco de agua no calmará años de desierto, y que la esperanza puede ser confundida con ilusión…
Ahora en la frialdad de la noche y mientras soy testigo de nacimiento del rocío, espero soportar mas abatimiento, siempre, más de lo mismo, y nada de nuevo…
Eres poderoso para hacer tanto daño, en silencio.
Eres poseedor de una boca muda y de unos ojos vacíos, que no tienen nada que decir y que de apoco se han sepultado en la monotonía.
Eres un cuerpo en donde alguna vez existió un hombre... al que amaba mucho y al que admiraba. Un sabio, que se convirtió en ermitaño, viviendo en una isla solitaria, pero que sin embargo esta rodeado de gente, y que se obliga a seguir atado a su yugo, ahogado en la ponzoña que el mismo formo sin mediaciones ni precedentes.
Ahora que te haz olvidado de mí, de que existo, lo único que nos une, aparte de nuestra sangre es el silencio, que ensordece nuestros oídos con su chillido.

Eres un instante, ese instante llamado silencio, instante, antecesor a un mutuo desprecio, minutos que parecen horas de lo desagradable que es estar cerca de casi un desconocido, que tiene la facultad de atarte con sus propias cadenas , esas que forman sus manos.
Eso eres.
Tu eres todo lo que he soportado. Auspiciante de todos lo pensamientos que pasaban por mi mente desde que te secuestraron y pusieron a este impostor. Estos que a sólo se transformaban en amargas lágrimas, que han dejado mis mejillas marcadas por sus surcos, y mis ojos ya casi

sin ellas. Un mirar que ya nada expresa, por miedo a dar muestras de flaqueza a una sociedad que puede ser peor o igual de cruel que tú.
Ahora duermo; mientras de apoco la luz del día, que nada lo perdona, da termino al estado de mas grata soledad, que Dios bautizó como noche. Luego despertaré; será un día igual que siempre, siempre el otro día.
Eso eres tú, el predecible día, eres la rutina, la rama seca, eres tú, mi padre.