Leí los signos, te escuché y no quise ver, cuantas veces me dijiste que partirías que tenías poco tiempo. Aprendiste a amar, aprendiste a recibir y eso te hizo más grande que todos tus logros, aquellos que pensabas eran los importantes, lo percibiste y ambos lo supimos aún antes que sucediera, si tuviera que morir ahora lo haría contento, contigo aprendí lo que es amar, me ayudaste a hayar la paz.
Leí los signos, te escuché y no quise ver, cuantas veces en tu loco vivir me dijiste en otras vidas te encontraré.
Esa tarde cualquiera cuando nos despedimos lo supe, no quise exagerar, o te reirías como muchas veces de mi loca forma de ver la vida y del sentir a flor de piel. Ten cuidado te pedí mientras empuñaba mi mano, maneja con cuidado por favor. Por qué ese viaje tan largo mientras me contenía, porque así lo decidí, no te preocupes, te amo, es solo un dia, sin embargo ha pasado más de un año desde esa tarde, ya no lloro, excepto por este instante de debilidad.
Encausaste tu vida, pusiste en orden tus sentimientos, limpié tu alma herida y te di mi corazón para que lo llevaras contigo, cosa que no hiciste, pero lograste hacerme sentir mejor persona, me enseñaste a vivir cada instante a no desperdiciar momentos y luego de la pena comprendo que ambos tuvimos una oportunidad al cruzarnos, al fundir nuestros destinos, no fué tarde amor, solo fué el tiempo y la forma que necesitabas para partir tranquilo. |