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El Punto Medio

Nadio nunca creyó que existiera una vida más allá de nuestras muertes. Él pensaba que el fin de la vida era el fin de la existencia tanto para el cuerpo como para el alma, que el alma era sólo un instinto animal que ayudó al hombre durante su evolución para sobrevivir, que era una ilusión genéticamente implantada en nuestras redes neuronales durante millones de años de evolución. Durante su existencia, Nadio nunca se preparó para su muerte, sólo se ocupó de vivir al máximo su vida, su efímera existencia sobre la tierra.

Todio creía que la muerte era el paso hacia la vida eterna, el regreso hacia aquél jardín desde donde fuimos expulsados en nuestros orígenes. La vida para Todio era sólo la preparación para la eternidad, una vida sin fin en el mundo de lo perfecto, en donde siempre tendría todo lo que quisiera, y por eso valía la pena una vida terrenal de abstinencias, todo pensando en su futuro jardín eterno de la eterna perfección.

Resultó ser que ni Nadio ni Todio estaban en lo cierto, o quizá, de algún modo, ambos tenían razón. Dado que este es sólo un cuento, y que nuestros únicos límites son la imaginación y el espacio en el disco duro, supongamos que lo que hay más allá de la muerte es la realización de lo que el individuo que está falleciendo cree que encontrará, que existe un Supuesto Supremo Creador, quien colocó en las reglas del juego de la vida y la muerte el siguiente axioma: “aquello que los individuos creen que les ocurrirá después de sus muertes es efectivamente lo que les ocurrirá”.

Sucedió entonces que Nadio y Todio murieron el mismo día, casi a la misma hora. Dado que Nadio creía que después de la muerte no vendría nada, él se transformó en un nada, mientras que Todio se transformó en un habitante del Jardín de la Perfección.

La eternidad es tan dinámica como la efimeridad, no es una imagen estática, una foto que se alarga infinitamente, sino que es un punto de partida conocido, con un tiempo infinito por delante, tan dinámico como cualquier otro tiempo. ¿Qué significa eso para nuestros amigos? Simplemente que el axioma de la muerte aplica sólo al estado inicial de nuestros amigos recién fallecidos, y que desde el momento en que pasaron a mejor vida, hasta el fin de los tiempos, deberán arreglárselas solos.

Nadio no esperaba nada y de pronto se encontró vivo. Se sintió inmensamente feliz, tenía una oportunidad inesperada de todavía seguir disfrutando de la vida o de cómo se llamara ese estado en que ahora se encontraba. Mientras el tiempo sin fin transcurría sin apuro, Nadio descubría lentamente más cosas en su nuevo mundo y estado, comenzó con cosas simples, como sembrar alimentos, construir una vivienda, hasta que llegó un punto en que se sintió cómodo y se dedicó sólo a gastar horas. Mientras descubría nuevas cosas, Nadio se sentía muy feliz, cuando llegó el momento de la comodidad, él pasó a un estado que podríamos llamar “felicidad aletargada”. A Nadio lo esperaba una eternidad llena de conformismo.

Todio esperaba el Jardín de la Perfección y eso es lo que obtuvo, se sintió recompensado por una vida terrenal de abstinencias (él no sabía que sus abstinencias habían sido totalmente innecesarias, pero ese es otro cuento). La imaginación de Todio durante su vida había sido la de un paraíso perfecto en Los Cielos y eso es lo que recibió al inicio de su muerte, pero recuerden que el axioma del Supuesto Supremo Creador aplica sólo al inicio de la eternidad que es el momento de la muerte. Con el paso del tiempo Todio fue deseando más y mejores cosas, al poco tiempo de poseer lo que él creía perfecto, su imagen de la perfección cambió, y ahora deseaba otras cosas, ahora que había obtenido su sueño, su nuevo sueño era diferente. Todio no podía competir contra los poderes del Supuesto Supremo Creador, quien le había construido su paraíso inicial, todos los intentos de Todio por hacer arreglos para mejorar su mundo no alcanzaban sus propias expectativas. A Todio lo esperaba una eternidad llena de frustraciones.

El Supuesto Supremo Creador se encontraba en su sala de comando visualizando las pantallas que proyectaban los mundos paralelos de Nadio y Todio, mientras por su divina mente se dibujaban las siguientes reflexiones -Nadio no es feliz porque no se plantea nuevos desafíos, no busca cosas nuevas, mientras que Todio es infeliz porque lo que busca es para él inalcanzable.

Inició el Supuesto Supremo Creador en una nueva pantalla en su sala de comandos el software estadístico, y en él graficó dos nubes de puntos, una de puntos azules con la etiqueta “Nadio” y otra de puntos rojos, con el nombre “Todio”. Calculó un punto que representara el promedio estadístico entre los centros de las nubes anteriores, lo etiquetó como NN y presionó ENTER mientras una sonrisa se dibujaba en su divino rostro. -Esta vez si le acertaré- pensaba.

Un llanto en una sala de partos cualquiera anunciaba el feliz nacimiento de un nuevo ser humano, llamado por ahora NN.

Jota

Texto agregado el 11-12-2006, y leído por 367 visitantes. (6 votos)


Lectores Opinan
14-12-2006 Genial, francamente. margarita-zamudio
11-12-2006 Eres un cachondo con un exquisito estilo...Pero tarde temprano sabremos si hay algo, o no, al otro lado... elcocodrilotaimado
11-12-2006 Excelente, deja mucho que pensar...5*...Saludos! soloseralguien
11-12-2006 Me pareció bárbaro tu cuento, y es así, jamás vamos a estar conformes con lo que nos tocó o tocará vivir, pero yo sigo soñando con lo que quisiera fuera mi vida cuando vuelva, si es que lo hago. Es la naturaleza humana, como decía Agatha Cristie, con mucha sabiduría. omenia
11-12-2006 Una prosa que cautiva por su fluidez y el vuelo imaginativo, muy original. Felicitaciones. *x5 poenauta
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