ser vendedor de obras de arte es algo que me llovio del cielo, no soy muy sensible que digamos con todo lo que tenga que ver con dicha diciplina,
pero la respeto y tambien en ocaciones la disfruto, como cuando mastico una pera madura.
ocurre que en este destino que me ha tocado en gracia, se me han deparado sinsumero de aventuras de alto tono de densidad,
entonces, es dificil para mi apartarme de ella;
se que el arte tambien pertenece a la realidad,
pero yo me estoy refiriendo, a que solamente con la aventura de vivir me resulta sufuciente como estimulo, como cultura, como todo.
yo me siento culposo por que estoy subastando pinturas bonitas pero pequeñas a diez mil pesos,
a tres mil dolares, cuando en realidad yo mismo,
no pagaria ni cien pesos por tres de ellas.
pero el publico hace cola para ser atendido.
en fin: voy por sobre las vias avandonas del tren, contando durmientes con la cabeza gacha,
rumbo hacia la nada de tener la mente en blanco,
a la hora de bajar el martillo.