Una tarde
Una mirada que cava un hoyo
en la espalda inmensa gris de este cielo
para ocultarse del olor de las manos vacías

Esa tarde
en que sobre los rostros el sol estalló en gotas
que perforaban la carne como lepra
con una instantánea ráfaga desconocida

A pesar de la tarde
El ruido de tu cuerpo sobre el mío
se oye mejor
ahora
cuando las sábanas no sudan ni respiran
y solo el eco de tus pasos perdura como un tarareo
posado en mis labios

Esta tarde
la joya del cielo no se muestra
solo su etiqueta los pinta como inciertas
como economía sin sistema
Y el café suele derramarse
sobre los libros que leo
para cabalgar una cuesta que no sea tu reino
pero te incrustas
para coger
una vez más
mis huesos y mis miradas...