A) Para cuando leas esto... Acaso sea demasiado tarde.
B) Para cuando leas esto... que acaso haya tiempo todavía.
He cerrado los ojos palpando tu busto, buscando la forma de mis manos en las curvas de tu piel desnuda, y un temblor me recorre la espalda que te araño... mientras te muerdo la cintura. Siento tu cuerpo lastimado sobre el mío que te dice me haces falta, debo sentirte dentro, más cerca a cada trazo de esta lengua furtiva que se enreda en tu cabello.
Te estremecen mis dedos ondulantes que te penetran de pronto, cierras los ojos y te muerdes los labios, mientras hago girones de tu empeño de acercarme y le rompo la etiqueta al hastío de aguantarme las ganas de saborearte toda, es tu cuerpo mi instrumento de amor carnal más recurrente, más solicitado y más requerido, si te descalzas afino tu nota y empiezo a recordarte si danzas sobre mi abdomen acalorado.
Para cuando leas esto ya estaré muy lejos de este texto alucinante donde miraba tu cuerpo frente al mío, ansioso por sentirme entre tus piernas sueño esquivo. Para cuando leas esto, porque sabrás el deseo se esconde a todas luces, y tu hermoso cuerpo me imagino, nervioso como el mío por encontrarle la curvatura al hombro que desnudo me pida le muerda un poco y te jalo el cabello mientras tanto.
Mis manos esperan por tu vuelta, el calor de mis brazos requiere tu cintura junto a mi pecho, mis dientes hacen filo hasta que vuelvas, y mi boca se rompe a pedazos por falta de uso, el único activo es mi cerebro que no deja de imaginarte toda, desnuda entre mis brazos de ataduras cuando vuelvas, si es que no prefieres hacer sólo a un lado la ropa como algunas veces pasa, y te seguiré esperando aún después de tu regreso, porque te extraño demasiado como para no decirlo.
|