ELLA Y EL

CUENTO BREVE

Se aman…
El no pudo resistir el impulso de verla por última vez…
Se apostó a cierta distancia de la esquina donde siempre se encontraban.
Ella no vino.
El esperó… Esperó hasta el límite.
Paró un taxi, subió y pidió que lo llevara al aeropuerto.
La voz estrangulada… y el lagrimón que revienta en los ojos.
Ella también quiso verlo por última vez…
Fue hasta la esquina donde siempre se encontraban a la misma hora. Buscó oculta desde en un bar pero el no llegó. Tenía las manos en el pecho. Iba a rescatar su silueta y llevárselo apretadito, pero el no llegó.
Entonces esperó, esperó hasta el límite…
Paró un taxi y le pidió que la llevara hasta el aeropuerto. Casi gritó: ¡Al aeropuerto!
Instantáneamente se tapó la cara. No podía contener el llanto tan comprimido.
El fue quien pidió ayuda entonces. Cuando no se conocían aún. Quería desatar todos esos nudos que lo preocupaban. Aportó lo poco y nada que sabía.
Ella también tenía una intuición preocupante. Quería saber, conocer la verdad.
Aún no se conocían… Luego fue un secreto de cada uno y nunca se contaron nada. Hasta el día en que a cada uno por separado los llamaron para decirles la verdad…
Ahora el espera que llamen a abordar…
La alcanza a ver a Ella que se dirige a la manga para entrar. A esa misma manga donde El también tiene que entrar para ir a perderse en algún rincón del mundo.
Un mundo de gente…
Un mundo de llantos y de risas.
¡Un mundo que se cae! ¡Un cielo que se quiebra! ¡Un eje que se rompe!

-¿Y ahora?...

-¡Malditas abuelas de Plaza de Mayo –piensa El

-Benditas abuelas de Plaza de Mayo –piensa Ella.


Por: Jorge Duran

Invito a quien tenga la deferencia de leer esto que lo continúe. Podríamos continuarlo de mil maneras. ¿Verdad? Gracias