Ella duerme sola en su cama
Mirando mil veces a su almohada
Despreocupada, llora, aterrada
Mientras el gélido viento la consume ya
Un monstruo bajo las cortinas
El reloj marca las doce otra vez
Y solita y triste, y abandonada,
Y fuertemente, llora con la nada
Gira raudamente la silla,
El viento, y su espía ya la martirizan
Un negro espía, vestido de muerte
Entre la ropa de su difunto marido la grita
Esta bestia maldita, entre la sangre
Con un negro y frió plumaje,
Se presenta como un salvaje
En medio de la fría noche tarde
Un pajarraco fenomenal, aterrador
Con su pico grande, y su negro esplendor
Aterroriza a la bella niña, mientras la mira
Y ella grita, y lentamente se ruboriza
Mientras esta fea bestialidad acecha
Yo muerto entre esta noche me deja
Y leo frente a mi gran chimenea,
En una noche, una historia negra
Solo ante una noche triste, muerto ya
Entre una sola ventana ella esta
Sufriendo ante ese perverso animal
Dejándola sola ante un seguro mal
Llorando ella se desespera, y salta
Mientras esta bestia la cara le picotea
Su gélido corazón que este mata,
No responde, y la niña en el suelo se marea
Sola, fría, moribunda, complacida
Muere sin alguna suerte linda,
Entre su soledad, miedo, y un cuervo
Que entre la noche vuelve a asecharme
Este satánico animal, con alma voraz
Mata solo, mata por perversidad
Entre la oscura noche, soledad
Y un bello sueño de verdad
Solo, muerto y muy ameno
Les cuento este cuento tan negro
Entre mi chimenea gris con la pipa,
Les puedo decir que noche tan terrífica
Ya no vuelvo a dormir mil veces,
Cierro mis ojos, y lo veo otra vez
La sombra de muchas muertes
De un pájaro que capturo a un pez.
Son las sombras de un miedo,
Aquellas que nos hacen vibrar sin consuelo
Pero cuando consulten por el cuervo
Sabrán que yo aun no he muerto…
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