La sombra del amor lo custodiaba sin reparos. Así pasaba su existencia inalcanzable y temeroso. Hasta que aquella oscuridad fagocitó su vida despoblada de más mundos para seguir opacando el influjo de otras ánimas... Ana Cecilia. ©
Texto agregado el 05-02-2004, y leído por 243 visitantes. (6 votos)