No hay luces para verte
estas suspendido en mitad de la vida.
No hay,
y las contemplaciones del día
no alcanzan
para palpar la melodía escondida,
dentro del pájaro que dejo de cantar
ayer.
No hay,
lugar en la tumba del niño
que reía con el moño rosado
del consuelo.
Así que debere encontrar
el barrilete
que perdimos,
en la montaña absurda
del olvido.
No hay,
un reino
en donde esconder
el anfiteatro
de nuestro egoísmo,
que cae silenciosamente
sobre el puñal
de la inocencia...
Texto agregado el 04-12-2006, y leído por 136
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
04-12-2006
me gustó tu poema eli-daros
04-12-2006
Tremendo final. Nos hacemos adultos y aveces nos olvidamos de lo que fuimos, despreciando la infancia. Me gustó! DrDeseo
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