Mirar una vez más la silueta
Mirar por primera vez la unción
de los movimientos torpes del pecho
y el fragor del aliento
derramando la saliva por cada poro
donde eyacula la tierra
Mirar las veces
cuando el sol es cortado en miles de pedazos
sobre aquellos
sobre la piel
quiméricos
viviendo debajo de la mesa
esperando
interminablemente
que su mano pueda rozar la superficie
Porque mirar
es maldecir
a lo inversamente proporcional
al olor del olimpo contemporáneo
al juego de azahar de palabras desgastadas
para pensar y tatuar con un cuchillo
en la espalda de nuestra historia
porque todo suceso
es alimentado por la sangre
por el tacto
Porque mirar
no es don ni premio
es comerte
el banquete de miradas
de unos a otros
proyectándose sobre el mundo
como la tangente a la circunferencia.
Texto agregado el 04-12-2006, y leído por 111
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