LA TERNURA
Es condición humana la imitación a los mayores así como la rebeldía hacia sus conducciones, sus enfoques sobre determinados comportamientos, su moral, su forma de amar.
Desde que comenzamos a utilizar la razón, de manera instintiva copiamos gestos, modos de hablar, miradas, actitudes. No lo hacemos reflexivamente, nos sale de manera natural copiar, imitar, emular, creer.
Esta actitud perdura en el ser humano un tiempo indeterminado. Ni todos comenzamos al mismo tiempo a zafarnos de su influencia, ni es de todas las creencias ni filosofías de vida de las que nos parece que debamos cambiar.
Existe un flujo y reflujo constante entre la sociedad con más edad y la más joven.
La vida social se renueva constantemente de manera natural. Todos influimos y nadie en particular dirige ese caminar en el desenvolvimiento de las capacidades humanas.
Los llamados conflictos generacionales surgen de las divergencias de objetivos de vida entre quienes arriesgan por nuevos derroteros sicológicos y quienes se forjaron otros tiempo atrás.
Que, ¿qué tiene esto que ver con la TERNURA?
La ternura ha sido, es y será el cautericida de todas las tensiones sociales, lo que suaviza y diluye tensiones, el aglutinante social por excelencia.
Mucho tiene que ver la ternura en el desenvolvimiento social de los seres humanos. Lo que ocurre es que, en un mundo tan competitivo, donde la selección deja de ser natural para convertirse en caprichosa de quien ostenta poder, parece que no exista o que no deba existir.
La ternura es el medio en el que nos deberíamos mover, como el agua para los peces.
“TIERNO”
adj. Afectuoso, cariñoso y amable.
Extraído del diccionario de La Real Academia de la Lengua.
Las situaciones más conflictivas pueden encontrar solución si media la ternura.
No hay más que observar qué hacen las grandes empresas o los gobiernos de las diferentes naciones para contactar, tratar, negociar, consensuar, persuadir, competir... hacen uso de mediadores en forma de ministros de Asuntos Exteriores, de Jefes de Relaciones Externas, de Relaciones Públicas. El buen trato y la consideración de lo ajeno lubrifica y agiliza los resultados.
Entre los miembros de una misma familia surgen diferencias de criterio e intereses. Los que conducen en casa, la madre y el padre, deben abordar el carácter de sus hijos con ternura, no siendo siempre oportuno reprimir. La ternura y comprensión acercan los sentimientos y hacen posible el amor.
Los más jóvenes sienten el amor de los mayores y los aman al mismo tiempo, pero las cualidades y calidades de esos amores, podría decirse que, están en distintos grados de maduración.
Ese amor fomentado desde el nacimiento tiene como antesala la ternura.
El trabajo ocupa gran parte de nuestra vida y las relaciones entre compañeros pueden ser motivo de infelicidad. Es muy duro afrontar cada jornada pensando que vamos a encontrarnos con este o aquel que nos mira mal, con quien no tenemos más remedio que convivir y depender de algún modo. La ternura juega en esos casos un papel extraordinario.
No hay excusas para no ejercerla, ni siquiera con el más difícil de carácter, aunque hemos de reconocer que a veces resulta harto difícil, los resultados animan a conseguirlo.
La ternura es la tierra donde crece la planta del matrimonio, sin esta el matrimonio muere.
La vida en pareja ocupa también gran parte del tiempo que vivimos.
Ocurre a menudo que el amor inicial, el de la pasión y la pertenencia mutua más ostentosas se van relajando y, en proporción, la ternura va desapareciendo. Los amantes sienten amor por su pareja. Jamás dirán que no la aman porque lo que sienten en su interior por él o ella no puede ser más que amor, pero gran parte de “la magia” se ha ido desvaneciendo, preludio cierto de decadencia amorosa.
LA TERNURA, el cuidado en las palabras que se expresan, que se piensan, que son las que tarde o temprano se dicen. La dedicación a pensar en lo que hace feliz al otro y tratar de conseguírselo. La dulzura en la mirada para abrir las puertas más pesadas con energía. Al mismo tiempo, no permitir que confundan ternura con debilidad. Sonreír. Sorprender con algún detalle que regale su ser. No levantar la voz. Pensar antes de hablar si hay que criticar algo. Evitar mostrarse con vanidad, orgullo, envidia o egoísmo. Cultivar todo lo anterior como quien cultiva un huerto: cada día, sin mostrar agotamiento por ello.
No creo que la Naturaleza haya dotado de mayor ternura a las mujeres que a los hombres, No creo en las diferencias sino en las coincidencias. Lo demás es cultural, no consustancial y lo cultural es modificable.
La mujer es tierna a su modo y el hombre al suyo.
Si a los brazos del estudio
la dura vida te empuja
y embebido de sus frutos
tus sentimientos anula...
La lección más importante es la Ternura
Si la Ciencia te seduce,
con su brillo te deslumbra
y haciéndola tu Señora,
le rindes culto y te abruma...
La lección más importante es la Ternura
Si el éxito te envanece
y la admiración te adula
y una cortina tejen
que tu entendimiento nubla...
La lección más importante es la Ternura
Si crees que en ambas cosas
no fue pródiga “Fortuna”,
de entendimiento careces
y tienes el alma dura...
La lección más importante es la Ternura
Si caminan de la mano
la Razón y la Dulzura
y uniendo sus voluntades
son manos que todo curan...
La lección más importante es la Ternura
El Amor proyecta sendas
en el alma aún oscura
que conducen al saber.
LO IMPORTANTE ES LA TERNURA
Juan Antonio Torrijo : GRAJU
Valencia, 4 de diciembre de 2006
|