El río devoró el valle
con su lengua mojada.
Quedo ahí nuestra historia
y nuestras tumbas sepultadas.
En la otra orilla la infamia encayó.
El verde campo ahora fango.
Ahogados quedan grises muros
y capiteles dintelados
por donde vagan los espectros malditos
de nuestros antepasados.
Las campanas redoblan en la noche
formando olas en el pantano.
El grito de una pasión.
El fuego mojando el engaño.
En la cripta de la vieja iglesia se escucha
débil, tenue, dolido, sufrido
el eco de un suspiro llorando.
Las gárgolas sumergidas
sobre campanarios embarrados
no animan su espera al vuelo
comprimen su prisión al nado.
El angel caído del cielo
en el valle quedo ahogado.
Texto agregado el 02-12-2006, y leído por 143
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
14-01-2008
Precioso. Tristísimo, hondo, con fuerza. Y la rima, acorde, muy buena. volarela
03-12-2006
melancolia ens u expresion maravillosa turbada en el recuerdo***** neison
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