Imagina que los alemanes entran en Polonia (tal como sucedió) y comienzan a expulsar a los polacos de sus tierras y entran en sus ciudades y comienzan a expulsarlos de ellas y los obligan a emigrar a otras partes o los montan en trenes y los llevan vaya a saberse dónde y que comienzan a llegar los colonos alemanes a ocupar esas tierras y esas casa y que lo pocos polacos que quedan sean tratados como seres sin ningún derecho y sean convertidos en esclavos al servicio de los alemanes colonos…, en este caso ¿No sería apropiado decir que Alemania descubrió a Polonia? Bastaría con convencernos mediante mucha y buena propaganda educativa. Y si hay alguna resistencia bastaría con demostrar que los polacos son inferiores a los alemanes, para lo cual ayudaría en gran manera la introducción de términos despectivos con los cuales tratar a los polacos. Bastaría con demostrar, igualmente, que la cultura alemana es superior a la polaca, por lo menos los alemanes tienen alma y los polacos no.

Pero los alemanes no ganaron en su intento. Pero, si hubiesen vencido, la manera de entender la historia hubiese sido otra ¿Quién se atrevería a decir que los alemanes no descubrieron a Polonia? Es decir: ¿Quién se atrevería a distorsionar la verdad, la historia, la realidad? ¿un polaco resentido? ¿Quién se atrevería a lavarle el cerebro a los hijos de los colonos alemanes en Polonia, en su tierra descubierta? Terrorismo, terrorismo.

Sí: Terrorismo.

Es verdad: Terrorismo. Y tendríamos todos miedo, mucho miedo, y quisiéramos que callen a los terroristas. Y es que Polonia es tan hermosa (tan nuestra), y su gente tan simpática; todos tan sumisos y pacíficos y sonrientes aceptando una situación y una pequeña limosna para alargar otros días su maltrecha existencia. Quizás incluso llegaríamos a querer a los polacos, siempre y cuando acepten su ubicación de ciudadanos de segunda, siempre y cuando respetasen la estructura, porque es, a lo largo del tiempo, lo único que les pediríamos: “respeten la estructura” – de esta manera todos quedamos bien.

Pero los maltrechos en silencio se multiplican como un cáncer a punto de realizar metástasis, y es entonces cuando habla la historia que no debe ser hablada y caen las ilusiones y los lenguajes eufemísticos.

… y es entonces cuando aceptamos, o no, que somos hijos de asesinos, no de héroes, mucho menos de descubridores y civilizadores. Y es entonces cuando nos resistimos, o no, al surgimiento de un otro lenguaje en el cual no estamos (nosotros los colonos) bien parados, un lenguaje con altos contenidos terroristas y deformadores… del cual, por supuesto, estamos en todo el derecho de dudar… o no.

Pero debo recordar, una vez más, que los alemanes no lograron su objetivo (y creo que si lo hubiesen logrado no les habría durado mil años, quizás más o menos la mitad de ello, quizás un poquito más de la mitad).