Es extraño, pero segùn un amigo muy querido, llamado David, en un pueblito muy pequeño, al oriente del Africa, vivìan todos los animales de ese reino. Se les habia acabado la risa y su alegria, pues al Rey Leòn, se le habìa acabado la risa y la alegria. Asì, que se dictò un decreto por el cual, todos los animales, debìan tratar de hacer reir a su majestad, el Rey Leòn. De primeras, le tocò a la liebre, y este muy seguro de si mismo, comenzò a contar el chiste. Cuando acabò, el Rey Leòn ni se mosquiò. Asì que la liebre fue el primero de una larga lista de animalitos que fueron sacrificados, gracias a la dictadura de risa-terror que sembrò el Rey Leòn. Pero, como en la fàbula de las mil y una noches, hubo un valiente que se atreviò a decir, que èl si iba a hacer reir al Rey Leòn. Llevaron al valiente, que resultò ser un mico titì y este conto el cuento.Todos los presentes soltaron la carcajada, pero el ùnico que no se riò, fue el Rey Leòn. Asì, que, al graciosisimo miquito lo mataron, aunque todo el mundo decìa que era una muerte injusta. Despuès del mico, le tocò a el venado, que saliò con una bobada, pero con asombro de toda la comunidad animal, el Rey Leòn comenzò a totearse, a carcajearse de la risa: todos asombrados le preguntaron al Rey Leòn que por què le habìa parecido gracioso el cuento del venado, pero el Rey Leòn les dijo: no lo que pasa es que me acordè del chiste del mico titì.
Ese dìa, todo el mundo descansò de la dictadura del Rey, pero todos quedaron en la certeza de que habìa un valiente que habìa muerto injustamente: el mico titi.
Todo lo que pasa por no tener buena memoria. todo por no saber conservar la memoria....