La conversación rota de dos enfermos sobre la barra de un bar, las copas fueron pasando poco a poco y la desidia del día se fue convirtiendo en puro éxtasis, las copas se rompieron en mil pedazos y las sangre eclosionó entre las dos frentes desnudas carentes de sentido común.
Un ruido atronador surgió del más profundo averno y la melancolía fue dando paso a la vivencia cotidiana,
Un nuevo amanecer comenzaba y los dos amigos ya no eran los mismos que hacia unos segundos, sus miradas opacas por la visión del mal les hacia diferentes, cada paso que daban era un mundo comparado con los de los demás transeúntes, jamás se conoció sendero hasta que ellos pasaron por los angostos pasos, unieron al mundo al igual que ellos se separaban, nadie oyó mas cánticos de desdicha sino historias fabulosas de su vida maldita, maldita por decir la famosa frase que jamás ningún humano debería pronunciar y que todos esperábamos que se pronunciara.
Con el paso del tiempo el murmullo generado fue desapareciendo al igual que los nuevos caminos que se habían formado, aquellos dos amigos expiraron justo cuando lo debía haberlo echo el fruto de su alma.
Así que la providencia espero de nuevo al nacimiento de dos nuevos seres para que comenzara una nueva época, una nueva etapa de la creación.