Inicio / Cuenteros Locales / reni2 / El último diente
Le gustaba pensar que no hay mal que por bien no venga, al recordar orgulloso como había perdido fragmento a fragmento, diente a diente, muela a muela, cuarenta y una de sus cuarenta y dos debilitadas piezas dentales. En bajo mesas compartidas a los pies de los más insignes personajes de su época. Su instinto perruno supo anticiparse una hora al óbito de su amo. La Casa Blanca anunció aquella misma mañana la muerte del presidente de los Estados Unidos. Abatido y sin dueño terrenal buscó el suficiente tránsito de una de las avenidas de Washington. Creía que a su última pieza le aguardaba una suculenta papilla de las mejores carnes. Probablemente, pensó, aquella misma noche Dios ofrecería una cena al ex-presidente. |
Texto agregado el 30-11-2006, y leído por 73
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