Cuando me diga la cal de las paredes
de los muros de Jerusalén
que ya no tiemblan de miedo.
Cuando recuerde que los Palestinos
tienen su derecho a crecer.
Pondré la otra mejilla
sin sustituir un ojo por otro.
Desde una llama ardiente.
dijo un libro sagrado:
- Allí junto al Jordán,
la paz encontrareis.
En la tierra de Abraham
la paz abrazareis.
En este maravilloso lugar
del que mana leche y miel-
Exodo doloroso de un pueblo ajado.
Doradas por el sol las cicatrices
supurando dolor en la piel.
No deberían preguntarse si quizás
cuál de los dos es infiel.
Sea en el Talmut o el Corán
seguro se puede leer
una palabra escrita que es paz
y otra amor. ¿No lo veis?.
Por qué ha de pagar el Palestino
el grandísimo dolor del ayer,
lamentando su pena
habiendo de saber
que ellos son inocentes.
O, ¿es que acaso es pecado
tener su tierra y tener su fe.
como perfecto legado?.
¿No pueden sentarse juntos en paz ,
a compartir leche y miel?.
Texto agregado el 29-11-2006, y leído por 146
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Lectores Opinan
01-12-2006
bien esta maravilloso un escrito espiritual con mucho sentido yeyson