En la pesadumbre de mi cotidianidad Una mujer de cabello escondido Asalta mi figura, me enseña su sonrisa Y cautiva mi pudor Nos separa un mostrador Tal vez sepa que la espío Y guste de ello mientras Yo disfruto con cuidado Los colores de su uniforme Sin embargo soy tímido Le he regalado un dulce Para los dolores de la monotonía No es cuestión de enredo Quiero asaltar el mostrador Quiero liberar mi silencio En una pregunta suya Sin mencionar el cambio Ceder el turno y escapar
Texto agregado el 29-11-2006, y leído por 89 visitantes. (1 voto)