Vivía bajo las sombras de lo que podría ser,
rodeada de los planes de un futuro,
todo a su lado.
Era cierto todo, hasta que volvía ser verdad, porque jamás intentamos nada que nos pudiera perjudicar, pues éramos tan alejados y tan juntos al mismo tiempo.
Nos sentíamos tan bien,
pues eran mentiras dulces, con sabor a libertad.
Nos duraba un suspiro del alma, nos duraba lo se nos podía ver, quizá era muy común, quizá éramos muy comunes,
No importaba, porque a la larga era parte de las dos, no era mentir, era simplemente vivir, lo que teníamos.
Nunca nos dimos vuelta mirar lo que ocurría a nuestro alrededor, si no más bien era nuestro deseo más sincero.
Era lo que vimos como un elefante blanco, porque a la larga no era cierto, solo era un mito.
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