Entérate que ya los ojos no ven como siempre
tu semblante de bella luz,
ni mis pupilas se dilatan con la brillo que expeles.
Mas en mi silencio te veo triste

Cuando las estrellas duermen,
otro Sol las contempla desde lontananza
y hace mimos a su gloria:
que la Luna nunca vió
pues sus ojos cegados andan casi sólos.

Sepa, tambien, que nunca vi verdes mas bellos
que en sus ojos y que lagrimas mas dulces
jamás probé.

Pero las nubes deben cargar de agua su interior
y de esta hacer cauce.

Tambien es bueno que te enteres,
y medites, que el amor tiene colores ocultos
unos nunca visibles al Esmeralda, que emana como la vertiente: callada pero vital.