Lentamente cae el sol, anaranjados rayos cubren el cielo con sus matices luminosos. El aire es un estela d emociones, nadando en la espesura de los techos.
Y yo, solitaria caminante vagando entre mis pensamientos, no logro distinguir la belleza del paisaje.
Hermosura me envuelve por fuera y una cruel tormenta por dentro. ¿en qué cambiaria mi talante si por un segundo mirara hacia delante y viera realmente donde estoy?; si respirara suavemente el aire del atardecer, si llenara y vaciara mis pulmones lentamente, quizás podría sentir que estoy viva...
Podría alejar el diluvio de mi alma y reemplazarlo por la calma, si tan solo pudiera vivir, vivir realmente en lugar de sólo existir y disfrutar de las simplicidades de la vida.
Pero ahí estoy, vagando por calles que no conozco realmente como una autómata, como una condenada hacia su muerte, sintiendo el aire llenar inconscientemente mis pulmones, sin apreciar su suave aroma, sin contemplar tan bello atardecer de primavera.