Tu presencia me tortura Tu mirada me envenena Tu sonrisa me cautiva Y tu esencia me embriaga No me dejes nunca escapar De la dulce condena de tu mirar Permíteme vivir de ésta soledad De tenerte y no tenerte en realidad Cúbreme con esa cruel mirada Que no respeta el dolor de mi alma Déjame nadar en ti a mi antojo Y ahogarme lentamente entre tus ojos
Texto agregado el 28-11-2006, y leído por 134 visitantes. (3 votos)