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UN DÍA, RESIGNACIÓN
Van los dos, tristes en su grandeza, hasta la casa. Un mal día y están callados. “Quiero un helado”, dice la mujer. “Tal vez antojos”, es la respuesta. Y siguen pocos pasos sin hablar. “Quiero un helado”, repite ella. Silencio. De repente la mujer se dice que no hay helado, ni almendras ni nada. Descubre el velo de oscuridad que envuelve al compañero, una túnica de imposibilidad y deseo, y lo coloca frente a un helado tan frío como la noche.
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Texto agregado el 28-11-2006, y leído por 238
visitantes. (7 votos)
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Lectores Opinan |
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28-08-2008 |
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Da miedo pensar que eso sucede muy a menudo. suzette |
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13-01-2007 |
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Muy buena forma de contarlo y una buena invitación a reflexionar. Otro_Jota |
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11-01-2007 |
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Está muy bien escrito, me agradó.***** OMENIA |
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24-12-2006 |
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Gran trabajo en la simbolización de un paraje en la vida de pareja. 5* Garvas |
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01-12-2006 |
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Es muy triste,y muy común en las parejas, esa falta de comunicación, la frialdad que se palpa, y la hermosa forma que tienes para hacerla descubrir, con la insinuación del helado.
Me encantó porque es demasiado cierto*****y por tu manera de plasmarlo.
Besos Victoria 6236013 |
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