El odio es algo que comienza a producirse mediante el desconocimiento de la existencia del otro. Entonces el odio se hace mutuo, y sólo se espera por la adquisición de poder para ejecutarlo. Existe una expresión muy peligrosa porque por un lado intenta rebajar, pero por otro lado esconde una condición muy real y es la expresión “Rencor Social”. El rencor social existe y es algo que se acumula. Ya hice una escueta reflexión sobre Hitler y los nazis y Alemania, Hitler logró hacer estallar ese rencor social que los alemanes sentían para con los judíos; si no hubiese habido ese rencor social los discursos de Hitler no hubiesen tenido efecto, pero los tuvo, no por un poder hipnótico que él ejecutaba sobre las masas – como algunos nos quieren dar a entender – sino por que el rencor ya se hallaba acumulado en el pueblo alemán.

Los prejuicios que unas personas tienen hacia otras dan cabida a un trato despectivo hacia esas personas hacia las cuales sentimos prejuicios. Ahora bien, quienes son víctimas de un trato prejuiciado por parte de otros acumulan rencor – Ojo: pero no aceptan, porque nadie puede aceptar o convencerse de las razones que sostienen los prejuicios – y, cuando esas personas son muchas vale temer un estallido en el cual, mediante el cual, las personas con prejuicios sociales, raciales, etc., (y por tanto complejo de superioridad) se verán perjudicadas. Esto es una lástima porque se invierte, naturalmente, la situación y quienes eran victimarios se convierten en víctimas… los nuevos “rencorosos sociales”. Muchos pueden observar este fenómeno ahora en Venezuela. El término “Escualido” está comenzando a surgir efecto (“¿Cómo se atreven esos monos?”, etc.) y, lamentablemente, quienes lo aplican están comenzando a merecer el mismo asco que merecían anteriormente los otros. Porque siempre quines merecen el asco, son los que prejuician, los que son incapaces de reconocer la existencia del otro… quienes enseñan el odio (y luego se asustan de las consecuencias). Vamos, no es que se merecen el asco (caigo entonces en aquello mismo que describo) es que lo inspiran.

El rencor social existe, es real, explota tarde o temprano lo hace, es efectivo, invierte situaciones, etc. Y entonces el Odio se vuelve carne, y el exterminio (en menos escala la violencia) posible. Y todo entonces se justifica, porque el Odio justifica, el Odio está tan lleno de razones…


Las personas a quines se les cae a patadas pueden un día matar ¿Se les cae a patadas porque pueden matar? (El Odio se justifica, intenta convencer para hacerse más fuerte), el prejuicio también se justifica (además: el prejuicio divierte, es divertido, nos ayuda a sentirnos mejores, nos divierte ver a los “perros” metiéndose el rabo entre las patas, callarse y bajar la cabeza, esos nos fortalece, nos hace sentirnos bien y pronto se convierte en un hábito, a veces incluso se convierte en una cultura)… bueno, continuemos en esto pues, y veamos los resultados.