ACTO REFLEJO

Sex Ópera en dos o tres actos. Un acto de arrepentimiento, un acto sexual y un tercero – de presencia – que en realidad no es propiamente un acto.

Personajes (Por orden de desaparición):

Personaje del público ofendido
Botones
Roberta
Criptex
Cassandra

PRIMER ACTO (DE ARREPENTIMIENTO)

Lo peor no es morir, es poder espantar a las moscas.

En el centro de la escena, el catre (especie de cama utilizada para culear o aparato equivalente normalmente localizado en moteles de baja categoría). A un lado, una llave suspendida del techo de la cual se desprende una corriente de agua. Al otro lado, una mesa deteriorada por las termitas sobre la cual se disponen aleatoriamente un rollo de papel higiénico, un cuchillo hermosamente tallado y una lámpara. Sobre el catre, desnuda y boca arriba, se encuentra Roberta, inexpresiva. Bajo la llave y entre la corriente de agua está Criptex desnudo, bañándose vigorosamente, restregando su piel con furia, casi con ganas de arrancársela. El agua cambia de matiz, pasando de incolora antes de entrar en contacto con Criptex a escarlata oscuro después de abandonarlo.

- Criptex (Al público):
Creo que acabo de asesinar a una mujer. Creo que ahora voy a pegarme un tiro. Pero por favor, no se apenen, esta es una obra de teatro, los muertos resucitan una vez terminada la función. Además, el primer requisito para ser una gran hombre, es estar muerto. Me gustaría contarles los acontecimientos previos a este crimen pero la verdad es que todavía no sé muy bien lo que me ha ocurrido. Ha sido tan repentino y desconcertante que casi no me ha dado tiempo de reaccionar. De lo que si estoy seguro es de que la cagué.

Criptex cierra la llave y camina lentamente hacia el catre sin molestarse en secarse con la toalla. Camina mas lentamente que de costumbre, cojeando un poco debido a un fuerte dolor en el culo. Cada paso que da va dejando tras de sí húmedas huellas sobre el empolvado piso. Las observa y nota la tonalidad rojiza que las caracteriza. Hace un gran esfuerzo por comprender pero piensa muy lentamente, mas lentamente que de costumbre, su cerebro cojea un poco debido a un fuerte dolor en el culo. Logra llegar al catre y se detiene frente al inerte cuerpo de la rubia, adornado por profundos agujeros aleatoriamente distribuídos sobre los cuales revolotea un ejercito de moscas alborotadas por el olor del fluido ya seco que emanó de aquellas cavidades. Las manos de la rubia están dispuestas sobre su sexo, no aleatoriamente distribuidas. Mira la mesa y reconoce el hermoso cuchillo, sobre cuyo mango de madera fina está tallada la inscripción “C y C”. Criptex y Cassandra, piensa rápidamente, ahí sí sin cojearle el cerebro.

- Criptex (Al cuchillo), con expresión nostálgica:
Cassandra, las borracheras que me he pegado gracias a tu ausencia.

Toma el cuchillo y con este levanta las manos de la mujer, con un leve aire de curiosidad, como queriendo comprobar algo que ya conoce.

- Personaje del público ofendido (A Criptex):
Degenerado hijueputa, necrófilo, nunca le has visto la cuca a una mujer?

- Criptex (A personaje del público ofendido):
A una mujer muerta? Nunca. Tal vez muerta de las ganas, sí. Pero muerta, muerta? Nunca. Y usted?

- Criptex (Al público):
El tipo no aguantó el voltaje, se estaba excitando con la escena, mínimo debe estar en el baño masturbándose. Es lo que en psicología se llama proyección.

Toma el cuchillo y con este levanta las manos de la mujer, con un leve aire de curiosidad, como queriendo comprobar algo que ya conoce. Nadie le grita nada, parece que entre el público sólo había un personaje ofendido, probablemente ya con los calzoncillos humedecidos. Comprueba lo que ya conoce, al levantar las manos de la rubia (?) se asoma un falo enorme a pesar de su estado de flacidez. Criptex simula sorpresa, no simula su fastidio y trata de regresar corriendo al baño. No puede correr, camina lentamente, mas lentamente que de costumbre, cojeando un poco debido a un fuerte dolor en el trasero, pisando las huellas que había dejado en el anterior trayecto, deformándolas de la misma manera que la mujer (?) le había deformado el culo. Ya no hay sangre para lavarse, ahora se lava el culo con violencia, casi con ganas de arrancárselo, algo le dice que la ha sabido cagar. Criptex se lleva las manos a la cabeza y se da cuenta de que su cerebro ha dejado de cojear, empiezan a conectarse las neuronas y se descarrila una serie de imágenes en su cabeza, una carrusel vertiginoso con marcha atrás. Se rebobina la película.

SEGUNDO ACTO (SEXUAL ó DE DESESPERO)

En tiempos de guerra, cualquier hueco es trinchera.

Criptex se restriega furiosamente el culo después de haber comprobado algo que ya conocía. La mujer que yace en el catre del motelucho de media estrella no es tal.

Tira el hermoso cuchillo que un antiguo amor le regaló como promesa de amor eterno. Eterno en el amor tiene el mismo significado que permanente en el pelo. El cuchillo cae al lado del cuerpo ensangrentado y sobrevolado por moscas transgénicas
Criptex se restriega furiosamente la sangre que impregna su cuerpo, con furia, con ganas de arrancarse la piel. Trata de comprender que putas está pasando pero su cerebro no camina a la velocidad usual, su cerebro cojea.

Criptex se encuentra envuelto entre las sábanas con Roberta, diciéndole: “Qué diablos hace usted aquí?, mierda, no recuerdo nada”. “En estos casos suele ser de ayuda un cigarrillo, le responde ella (?)”.

El botones pasa por tercera ocasión al lado de la habitación diciendo: “La están pasando fenómeno, eh?” al escuchar los inusuales gemidos de la rubia (?) en cuestión. Aquellos gemidos son los que expulsa después de que su sangre es expulsada por la acción de un hermoso cuchillo finamente tallado con la inscripción CyC, el cual entra y sale frenéticamente de sus entrañas.

El placer se va transformando en dolor cada vez que el enorme falo de la rubia (?) entra y sale de sus entrañas. El dolor hace que la borrachera vaya desapareciendo para darle entrada a la cordura. La cordura se transforma rapidamente en su antónimo, recordando que un cuchillo finamente tallado se encuentra al alcance de la mano.

Nuestro amigo, cagado de la borrachera, acepta ponerse en cuatro después de haber bombardeado el culo de la rubia (?). El botones pasa por segunda oportunidad al lado de la habitación diciendo “ La están pasando fenómeno, eh?” después de escuchar los inusuales alaridos del hombre(?) en cuestión.

Criptex está tremendamente feliz de haberse comido (tirado, para nuestros amigos españoles) a la mujer mas chimba de la discoteca, y no solo eso, después de haber cumplido su fantasía de haber penetrado analmente a una mujer, y qué mujer!.

Roberta se pone en cuatro y le suplica que le parta el culo. Criptex acepta sin pensarlo dos veces. El botones pasa por primera y última vez al lado de la habitación diciendo “La están pasando fenómeno, eh?” después de escuchar los habituales gemidos de la rubia en cuestión.

Un auto frena fuertemente frente a la fachada de un motel de malamuerte. El botones les da la bienvenida y los hace seguir. Saluda a la rubia haciéndole un guiño amistoso. “ Vive por la casa” explica Roberta, por nada del mundo quería que su pareja de turno se enterara de que era una asidua visitante de este antro.

El trayecto entre la disco y el motelucho se hace eterno a pesar de los 210 kilómetros que Criptex le ha imprime a su vehículo, desesperado, pensando únicamente en penetrar las entrañas de Robby, la chica que tiene los labios posados sobre su verga. Esto si es conducir con todos los juguetes! Conducir borracho es en extremo peligroso, ¿Y atravesar sobrio las calles?

Se encienden las luces, la fiesta se acaba. Criptex y compañía piensan lo contrario, la fiesta apenas va a comenzar. Se apresuran al parqueadero y emprenden la huída. Con una mano toma el volante y con la otra la cabeza de Roberta, dirigiéndola hacia su cremallera.

La pareja baila música electrónica como si se tratara de lambada, la lengua de Criptex explora el interior de Roberta después de conocer su nombre, información mas que suficiente para darle paso a la acción. A lo lejos, se escuchan las voces de los amigos de Criptex, celebrándole su conquista.

En una mesa, Criptex y sus amigos beben como mulas y observan el panorama. Uno de ellos le asegura que la rubia de la mesa de enfrente lo observa desde hace rato. Para darle valor, lo inundan de alcohol, vitamina por él muy rara vez rechazada. Suena una vieja canción de rock en español, “litros de alcohol corren por mis venas, mujer, no tengo problemas de amor, lo que me pasa es que estoy loco por vivar” . Criptex si tiene problemas de amor, si tiene litros de alcohol recorriendo sus venas, y está loco no por vivar sino por culear. Está rodeado de gente, mil a su derecha y diez mil a su izquierda, pero se siente mas solo que nunca. Cassandra aparece con el alcohol.

Los amigos de Criptex lo esperan en la discoteca. Mientras tanto, observan a Roberta, el travestido que sigue insistiendo en levantarse un nené lindo que lo haga enloquecer. Uno de ellos comenta “pobre Roberta, no se le acercan ni las moscas”.

Criptex se encuentra en su apartamento. Se mira al espejo y se acomoda el cuello de la camisa nueva que compró para esta noche. “Hoy si me levanto una cosita bien rica, hoy es la noche” dice mientras se aplica una fina colonia que compró en el mismo almacén donde adquirió la camisa. No ha hecho el amor ni una sola vez desde que terminó con Cassandra, está que explota, es una bomba de tiempo. Antes de salir guarda en su bolsillo un cuchillo hermosamente tallado que alguna vez le regalaron.

TERCER ACTO (DE PRESENCIA)

Este cuento lo publico hoy en Ficticia para responder al duelo programado contra el indeseable.

Dedicado a Carlo Frabeti, escritor español de ciencia ficción, que leí mucho en mi adolescencia.

Criptex