Hola señora soledad,
Gracias por acordarte de tu hijo que más te ama,
Mi amante consentida
Mi musa oscura.
Señora de dos siglos;
Ámame en esta noche lluviosa
Y tómame en tus brazos,
Déjame besar tus labios secos
Acaríciame con tu delicioso sabor a hiel.
Recuerda nuestras noches de pasión,
Los tragos de amargo licor que compartimos.
Los sueños rotos y los corazones destrozados,
Las risas húmedas
Y el ciclón de nuestras noches de melancolía.
Esta noche te voy a dar mi alma
Y una copa.
Vamos a compartir mi dolor
Y la agonía.
Llévame de la mano a los cuartos oscuros
Dame un cigarrillo, una jeringa
Y un condón para disfrutar dos minutos.
Abandóname cuando estoy caído
Dame esa alegría,
Búrlate de mi alma perdida.
Dame dos segundos de tu vida,
Bienvenida señora soledad.
Texto agregado el 25-11-2006, y leído por 130
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