Con cariño a Tico, esperando que dentro de muchos años, le cuentes esta historia -mitad realidad, mitad mágia- a alguien... ahora es tuyo buen amigo...
°La Última Desición°
¿Te vas o te quedas?, dijo con una dulzura inigualable y el aire enrarecido se amarró a mis entrañas, hacía mucho que me había convertido en una especie de esponja que absorbía todo y era inevitablemente guiada por el viento, a donde quisiera llevarme. Tenía esos ojos azules puestos en los míos, la mirada fija pero suave, como queriendo pedirme que le acompañara, como dejando que tomase mi desición y un calor me invadió completa, las ganas de abrazarle y decirle cuánto le anhelaba se anidaron en el vientre, ese extraño brillo que despiden los amantes, figuraban ante mi como dos estrellas fugaces, que parpadeando me decía "Anda vamos, ve conmigo", pero también quería quedarme, ¿quedarme a qué?, no lo sabía y una profunda melancolía se apodero de mi; majestuosas imágenes se vinieron a mi mente y un escalofrío me recorrió el cuerpo con rapidez, en casa me esperaba la familia, los amigos, mis recuerdos, mis soledades, angustiosas deidades que en ese momento no podía desprender y aparecieron atormentándome.
"Anda ya es hora, ¿te vas?", repitió con cautela, esta vez sus ojos parecían llenarse de lágrimas sabiendo mi respuesta, quizá errónea, quizá certera, pero finalmente la respuesta ansiada estaba a punto de escaparse de mis labios.
Con la mirada baja, tomé su mano, le abracé con fuerza, sentí caer su aliento sobre mi espalda y el espasmo en mi respiro le indicó que estaba a punto de llorar, "hora de partir" pensé y mi corazón se apretó dolido, le contesté "No, no puedo irme, aún queda tanto aquí por hacer...", y antes de terminar de dar explicaciones, el frío de un viento arrasador nos hizo uno, y al abrir los ojos, entendí que es difícil en esta vida elegir, incluso, hasta la hora de morir.
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4/Septiembre/2006
YLVH |