Salimos de compras, al mercado principal, a comprar víveres para su dieta.
Tomamos el bus para cruzar la ciudad ya que el mercado se encuentra al sur-oeste de la misma…
Al llegar, se apeó él primero, y luego me tomo por las piernas cargándome como a una niña, dando me volteretas en el aire, gritando, te amo, te amo, los peatones nos miraban y se reían, sus miradas querían decir están locos!
Caminamos por entre los puestos de venta, carretas iban y venían, él me guiaba para que no fueron a tropezar conmigo y me hiciera daño…
Compramos varias cosas, entre ellas una lechosa un poco pesada, él cargaba varias bolsas, sus brazos cortos pero atléticos se veían tensados por el peso de las mismas, como no estábamos acostumbrados a ir a los mercados generales, pues no llevábamos equipo para cargar la mercancía, me dolió verlo cargar tanto peso, y quise ayudarlo compartiendo las bolsas, pero él no quiso que cargara peso y no me dejaba, yo halaba la bolsa y él también, en ese forcejeo nos encontrábamos, yo me reía mientras le besaba el cuello con ternura,pues lo veía tan cariñoso y protector.
Al lado estaba una pareja de vendedores, el señor le decía a la señora, no se por qué pelea con ella ese hombre! La señora enfadada le dice, hombre no ves que es un caballero y no quiere que ella cargue la bolsa, no es como tú! La risa no podía contener, me parecía estar viendo una escena de película…
Nada, él ganó, no pude ayudarle. Caminamos hacia la puerta para tomar otro bus de regreso, mientras él descansó las bolsas y miraba a ver si pasaba el bus, yo le cambié la bolsa de la lechosa por otra; pero él paró un taxi, y me dice, no seas tramposa que yo te he visto…
No pude contener otra vez la risa por verme sorprendida, así venimos riendonos todo el camino de nuestras tonterías, fue un día muy feliz
nota: lechosa (papaya) fruta muy rica en vitaminas.
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