Las palabras se pueden descomponer, y es así como pierden todo su significado. Pero su precencia dentro de la cabeza de aquel quien la leyó perdura más alla de su propia existencia. Entonces, ¿por qué asumimos que dejó de existir? ¿Qué significa en sí “dejar de existir”? ¿No damos por sentado, que nuestros pensamientos existen?, y, entonces, si pensamos una palabra, ¿no existe?.
Tal razonamiento, algunos dirán, es demasiado idealista, y otros, que creen quizás que se adelantan a mis pensamientos, aseverarán que inmediatamente voy a utilizar tal idea para comprobar la existencia de algún dios occidental perdido en páginas ya expiradas hace miles de años. Pero en realidad, la idea de que aquello que se piensa sistematicamente comienza a existir generaría una eterna redundancia, ya que nadie puede inventar pensamientos o sueños. La imaginación, no es más que ciertos elementos recogidos a lo largo de nuestra vida y reorganizados para simular ser completamente originales: uno no puede imaginar un color nunca visto, de la misma manera que no podemos imaginarnos un animal sin conexión alguna a cosas que ya hemos contemplado.
Tampoco, podría afirmarse que algo existe, ya que de la misma forma que ciertas personas estan inclinadas a aceptar (por ejemplo) la influencia de las estrellas sobre nuestra salud o suerte (personalmente, la única forma que creo que una estrella puede influenciarme en tales campos es si se me cae encima), habra otros sujetos que nunca escucharon hablar de tales lógicas, lo que ilegitimaría dicha existencia, pues en su mente no lo tienen insertado y en tal caos de ideas la forma más coherente de aceptar la realidad de las cosas sería si existiese en la mente de cada ser humano, pues el no saber lo que es inexistente traería graves problemas a nuestra identidad como ser.
¿Pero a que nos trae esto? A que nada se puede dar por sentado, salvo uno mismo, pues nosotros somos los únicos capaces de creer en algo por medio de nuestra voluntad.
Ahora; invente algo en estos párrafos???? Nada. Todos los filósofos son unos hijos de puta. Inventan concepciones sobre el universo tan zarpadas que los tipos como yo que quieren salarse no encuentran nada nuevo que decir, carajo.
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