Al paso de los años, no puedo guiñarles el ojo y hacer como que nada ha pasado, pero puedo sonreírles al mirarles pasar de lado. Cuando te veía sonreír, cuando miraba tu carita escondiendo algo escrito en una de mis cosas, no puedo dejar de sonreírme también, con todo y el tiempo que es ya pasado y nunca regresará.
El recordarte, el venirte pensando aún me arranca una sonrisa, como cuando te miraba y tratabas de disimular algo obvio, acaso una bromita, acaso una gota de llanto que corría por tu rostro cuando me oías platicar, tan absorto yo en mis cosas que apenas lo notaba.
Eras parte activa de mi vida por aquél entonces, y con todo y el paso de estas vueltas al sol si ir de tu mano, recuerdo lo que eras en ella, y yo en ella por estar a tu lado, por el simple hecho de aprender a ser nosotros mismos.
Era entonces cuando éramos algo más que ser dos, como cuando la suma de las partes es mas grande que el todo, como cuando cuatro líneas que se tocan forman algo más que un cuadrado o un rombo, o un rectángulo, o un simple trapecio.
Con todo esto y el tiempo que nunca llega, no deja de gustarme venirte pensando un poco, y al rato de recordarte, después de leerte entre líneas, y mucho más allá de sacar a la luz tus cartas que parece que se convertirán en polvo... notar que el espejo me dice que quite esa sonrisa de tonto felíz.
|