A eso de las cuatro de la tarde, con la cabellera desgreñada y sus atuendos revueltos, la atractiva mujer se bajó del automóvil y entró a la primera comisaría, estampando una denuncia: “Señor Comisario: Un joven... muy buen mozo.... alto...rubio..... de ojos azules......fue el que me sustrajo el reloj”
Texto agregado el 24-11-2006, y leído por 317
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