Amor de necios despiertos
Que por el jardín pululan
Y al corazón estrangulan
Con la sed de los desiertos
Dejando a todos inciertos
A la espera de su presa
Que de hinojos se confiesa
Con la fe desnuda e ilesa
Pero se queda dormida
Joven y Desprevenida
Y al viejo jardín regado
De tanto llanto y sentido
Deja un espacio al olvido
Sin convidar lo soñado
y Al cariño desterrado.
Que besa como las diosas
Y clavas como las rosas
Sin considerar el llanto
envidio todo su encanto
Por Sobre todas las cosas
Texto agregado el 24-11-2006, y leído por 184
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