las manos, pulcro puerto
cobijo de tan deseperadas sensaciones.
esclavas del trabajo
artesanas de la esencia

las manos, expresiones exacervadas
de la ausencia que provocan
tan grandes emociones que se clavan en los huesos.
mi mejor herramienta

pero si hablan por si solas
armas de doble filo
las mismas en otros tiempos,
levantaron iglesias, palacios y templos

y son ahora
prisioneras de almas perdidas
hermanas del lamento
esclavas del tirano

las mismas,
que hoy con rastros de pólvora
destruyen
lo que antes crearon

cautivas de un impulso
jalan de un gatillo
mientras antes daban vida
hoy siembran el odio

las manos,
aplaudieron a los grandes
despidieron el último tren
cavaron la tierra donde hemos de perecer

se estrecharon, se lavaron
secaron lágrimas
se partieron, se quemaron
lo dieron todo

las manos que hoy destruyen no son ellas
si tan solo alzaran vuelo y chocaran una vez más
por algo que valga la pena con las palmas enfrentadas y no con los puños cerrados

las manos,
descocieron lo tejido
amaron con locura
las manos, dulces obreras sin prejuicios.