Últimamente he estado viendo bastantes documentales sobre Hitler y los nazis. Muchos de esos documentales son malos, distorsionados y en lugar de ser imparciales son tendenciosos, llenos de prejuicios y de rencores y hacen de Hitler una caricatura sin ninguna verosimilutud y por tanto hacen difícil la tarea de comprender qué es lo que realmente ocurrió y por qué. Entiendo que muchas de las víctimas de los nazis están incapacitados del poder de ser imparciales y que la principal fuerza que los mueve es la indignación y el deseo de justicia, sin embargo la historia muestra que muchos de ellos a su vez tampoco son justos y que terminan repitiendo la conducta de sus victimarios cuando pueden. Otros de los documentales sí son imparciales y entonces sirge información interesante ¿Conoces el estado en el que se hallaba Alemania antes de Hitler? Una miseria, y ¿Sabes por qué tanta gente alemana apoyó a Hitler a pesar de su anti judaísmo? Porque Alemania apoyó el anti judaísmo, hay razones que no se dicen, muchos alemanes sentían que los judíos se estaban apoderando de Alemania, que la prensa y todas las posiciones estratégicas de la sociedad alemana estaba siendo ocupada por judíos los cuales estaban lentamente apartando a los propios alemanes de la sociedad alemana y la estaban ocupando favoreciéndose entre ellos mismos y desfavoreciendo a los alemanes (Bien visto es una razón válida y sólo así se entiende el apoyo masivo al discurso de Hitler). Me cuesta creer que un loco manipuló a un pueblo, por lo menos no sin tener razón en algunas de sus ideas. Pero, al comienzo de su mandato – los cinco primeros años – tuvo un logro enorme: devolvió Alemania a los alemanes, y se le quiso por ello. Y después fue Hitler recibido en Austria con los brazos abiertos (¿Eran los austriacos un pueblo ignorante? – nadie apoya sin razón). Hasta ahí es posible agradecer a Hitler, la gente le creyó, le apoyó y él levantó a Alemania en su honor, en su esperanza y la convirtió en potencia al poco tiempo de haber estado hundida en la miseria. Debo recordar que si bien se puede estar de acuerdo en quitarle el poder que los judíos tenían dentro de la sociedad alemana (y para beneficio de ellos mismos y no de los alemanes), otra cosa sería estar de acuerdo con el exterminio de los judíos. Si alguien te desprecia en tu propia casa y en tus propias narices a través de discursos de prensa y palancas políticas, se apoya la idea de expulsar a esa persona de la casa, pero una cosa muy distinta es consolidar la humillación pública de esos individuos como un deber constitucional y un acto de humor (lo gracioso que puede ser verlos cepillando calles a los “enemigos de Alemania”) y que luego se los mate, ello nos convierte en individuos peores de aquellos de quines debemos liberarnos.
Luego entraron los nazis en Checoslovaquia y en Polonia y probaron la sangre y el poder del desprecio hasta la enésima potencia – los locales, checos y polacos eran considerados como individuos inferiores y por tanto sólo servían muertos o esclavizados mientras olas de alemanes ocupaban las tierras y las casas anteriormente ocupadas por los locales.
A partir de allí comenzó la debacle, no podían no caer y comenzó igualmente el exterminio o asesinato de los alemanes que no estuviesen de acuerdo con las políticas de abuso de los nazis y comenzó el terror sobre el propio pueblo alemán, terror que sólo podía extinguirse mediante la participación en los abusos, es decir: volviéndose fuente de terror, acatando una política que, si bien en un principio era buena, necesaria y justa, no tardo pronto en convertirse en una política homicida sedienta – Aún en los tiempo buenos del nazismo, antes de la locura, mientras aún se tenía esperanzas (repito: Hitler alzó a Alemania en potencia y era necesario colocar a los judíos en su lugar dentro de la sociedad alemana, eso todos lo entendían) Martin Heidegger (un filósofo alemán, uno de los mejores filósofos de todos los tiempos – apreciación personal) advirtió al respecto, que si se caía en el uso de la violencia el sueño que se estaba realizando se convertiría en una pesadilla que terminaría devorándose a sí misma. Y se convirtió en esa pesadilla.
La megalomanía naciente aplastando una esperanza y un comienzo bien realizado, lástima que para amar a unos (al pueblo alemán) se crea que es necesario ser brutal con otros, se termina siendo brutal con lo que se ama porque se termina defendiendo únicamente el derecho a ser brutal. Una lástima pues.
En muchas partes (Inglaterra, por ejemplo) se están repitiendo las mismas condiciones que precedieron el auge del nazismo, y el neo nazismo está comenzando a surgir como respuesta seria a ese fenómeno (y tienen apoyo de parte de la población). Les deseo suerte a esos chicos, y un poco más de mesura, por favor.
|