Poesia Plegable
En las largas noches de ovillo,
tejes un manto al destino,
que para olvidar conmigo,
olvida que el mundo existe...
Cuando cantas... mi pajarillo,
solo tu canción persiste,
brotando en flor de poesía...
Mientras que me cautivas,
guardando mi celosía,
en esta noche sublime,
envolviéndome de rimas,
como sentidos que giran,
doblegando las margaritas...
Que de un soplido de brisa,
viento que para abanico,
desordenaban sus silabas,
que arrojadas en torbellino,
enojarte consiguieron...
Que lanzadas en volandas,
mis palabras como cismas,
en silencios te omitieron...
Y donde dije lo que dije...
que por no decir “te quiero”,
dije solo un cumplido,
pobre pajarillo herido...
Que entre todas las voces,
en la noche de las noches,
que terminó en delirio,
fue ver pasar aquel día,
fue ver pasar un suspiro,
y fue ver pasar unas alas...
Volabas tú mi pajarillo,
tan preso de fiebre febril,
tras la desfallecida luna,
que casi que yo te perdi...
De una carta inoportuna,
en un acuciante peligro,
de una mano empecinada
en un juego sin fortuna...
Que pasaron de largo de mí,
los naipes de mi desesperanza,
perdiendo en un juego perdido,
que quita lo que se gana,
en el juego invertido,
de las copas de mis cartas...
Porque el licor me bebí,
sedienta de ti y de mí...
ya anocheció amanecido,
después de tanta tardanza
Ya amanece anochecido,
desafías mi ventana,
caer por haber caído,
lo que sube luego baja,
lo que baja luego sube,
bájate ya de esa nube,
súbete ya a mi falda...
Colúmpiate de mi melena,
enrédate en mi trenza,
tirate de mi flequillo,
siéntete mi pajarillo
enciérrate en mi jaula,
olvida que el mundo ha existido,
duerme conmigo la calma....
Duerme conmigo la calma.
olvida que el mundo ha existido,
enciérrate en mi jaula
siéntete mi pajarillo
tirate de mi flequillo,
enrédate en mi trenza,
colúmpiate de mi melena...
Súbete ya a mi falda,
bájate ya de esa nube,
lo que baja luego sube,
lo que sube luego baja,
caer por haber caído,
desafías mi ventana...
Ya amanece anochecido,
después de tanta tardanza
ya anocheció amanecido...
Sedienta de ti y de mí,
porque el licor me bebí
de las copas de mis cartas....
En el juego invertido,
que quita lo que se gana,
perdiendo en un juego perdido,
los naipes de mi desesperanza...
Que pasaron de largo de mí,
en un juego sin fortuna,
de una mano empecinada,
en un acuciante peligro,
de una carta inoportuna....
Que casi que yo te perdí,
tras la desfallecida luna,
tan preso de fiebre febril,
volabas tú mi pajarillo,
y fue ver pasar unas alas,
fue ver pasar un suspiro,
fue ver pasar aquel día,
que terminó en delirio....
En la noche de las noches,
que entre todas las voces,
pobre pajarillo herido,
solo dije un cumplido,
que por no decir “te quiero”,
y donde dije lo que dije...
en silencios te omitieron...
Mis palabras como cismas,
enojarte consiguieron...
que arrojadas en torbellino,
desordenaban sus silabas...
Viento que para abanico,
que de un soplido de brisa,
doblegando las margaritas...
como sentidos que giran,
envolviéndome de rimas,
en esta noche sublime....
Guardando mi celosía,
mientras que me cautivas,
brotando en flor de poesía...
Solo tu canción persiste,
cuando cantas... mi pajarillo....
Olvida que el mundo existe,
que para olvidar conmigo,
tejes un manto al destino,
en las largas noches de ovillo....
Silvia Escario
21-11-06
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