Si tenemos amores lejanos… sí. ¡Lejanos! Pensarás que no hay amores lejanos. Dirás: “¿¡como amar a alguien que está distante. Que no te demuestra nada! Que no te dice ni que te desprecia. Alguien al que sencillamente no le interesas?” Pues querida amiga, te voy a dejar algo muy claro. Nuestros amores, sentimientos, vibraciones… todo, está, en muchas de nosotras, completamente conectado con aquella parte del alma en la que nos decimos… ¡no quiero que me quieran!... los hombres, muy sabios, entendieron lo que en realidad no queremos, y comenzaron a alejarse… ahora mucho más que antes.
Por nuestra culpa, por nuestra maldita costumbre de no poder expresar lo que en realidad queremos… por tener que decir siempre lo contrario de lo que queremos en realidad… por dejarnos llevar por nuestra frialdad orgullosa… por dejarnos deslumbrar por el poder de un beso… por no poder esperar pacientemente un te amo… por quererlo todo muy rápido…por quererlo todo rápido y decir lo contrario, que es peor!... ¿y ahora te preguntas como puedo hablar de amores distantes?... si somos especialistas… ¡si nos encanta! Si con cada mirada, estamos muchas veces despidiéndonos lentamente de la única persona que logra hacernos sonrojar con una llamada y temblar con una mirada… así somos… pero no lo reprocho, eso nos hace ser lo que somos, ser esos seres, únicos en su especie, que pueden complicar hasta la cosa más fácil y sencilla… nos gustan los retos, las cosas duras de obtener. Nos gusta que nos digan NO. No por mucho tiempo, pero si un buen rato en el que tengamos el tiempo suficiente para ver que es lo que tienen de interesantes como para atreverse a decirnos un… NO.