Creo que estoy muerto. La muerte, ¿Qué es la muerte?. Es aquel transito entre esta vida terrena y el cielo o el infierno, entre la trascendencia o la disolucion de las almas, cuando el corazon deja de latir y cesa la respiración.
¿Y como puedo estar muerto si al momento escribo estas lineas? Quiza entonces la muerte sea la perdida total del sentido de existencia, del deseo de seguir sobre la tierra, un punto tal de angustia que ya no deseas vivir porque estas hundido en la más grande desesperación y la más triste soledad, porque en tal caso vives sin vivir, de que sirve andar por ahí si ya no tienes un objetivo claro, si te sientes al borde de un precipicio y quisieras saltar para acabar con todo péro hasta de eso tienes miedo miedo, las cosas que una vez te agradaban comienzan a resultarte horribles, te da pavor acordarte siquiera de ellas, comienzas a vaciarte por dentro.
Si ese es el caso, yo ya estoy muerto, pues deambulo por las calles sin saber a donde ir, sin querer llegar a alguna parte, me siento solo caminando entre la gente, aun entre mis conocidos, todos mis amigos se han ido, claro, quien querria estar cerca de un fantasma, nadie a mi lado, hasta yo me he traicionado y el llanto me ha abandonado.
¿Nunca te has sentido asi?, ¿cuántas veces has muerto?, y aun tienes tantas cosas que gritar y no hay alguien que te oiga. No se que hacer, he perdido hasta la confianza en mi, no me atrevo ni siquiera a implorar a Dios, que se yo del cielo si mi vida siempre ha sido un infierno, comienzo a blasfemar y a preguntarme ¿por qué a mi?, ¿quien soy para que me sucedan tantas cosas?, toma mi vida y dejame descansar...
Y sin embargo, cuando estás al borde del abismo, siempre viene Él ...
Sopla el viento frio, pero ¿qué puede hacer cuando mi alma ha sido congelada, mi espiritu y mi cuerpo han sido demasiado golpeados?, creo que ya no puedo sufrir más y por fin ha llegado mi momento, gruesas gotas corren por mis mejillas y su humedad sirve para aliviar la aridez de mi corazón, gracias Dios, quiza lo único que querias era probar mi alma al crisol de la vida, para hacerme fuerte y digno, una leve sonrisa se esboza en mi rostro: me ha sido dada la resurrección.
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