Sobrevivientes de qué? ¿De algún holocausto?
¿Del smog de Plaza General Paz?
¿De atropellos y tropelías?
¿De vigilantes y vigilados?
¿De sendos misterios de destinos inextricables?
¿De contratiempos y contramarchas y contratodos?
¿De ametralladoras parapetadas en las estatuas?
¿Del último decreto de Perengano?
¿De la contaminación de La Cañada a la altura de Barrio Güemes?
¿De la última tapa de la Caras?
¿Del carnaval del mundo?
¿De fríos intensos de madrugadas, acechadas de recuerdos a traición,
y penas varias de estación?
¿De profetas y predicadores?
¿De los mendigos del alma?
¿De vampiros y vampiresas, y chupasangres de cualquier tipo?
¿De los guardianes de las Tablas de la Ley?
¿De los que se dejan guardarpor los guardianes de las Tablas de la
Ley?
¿Sobrevivientes de qué? ¿De Dios?
¿De los pocos candidatos y los muchos convencidos?
¿De las cagadas de las palomas del Cabildo?
¿De la última hiperinflación?
¿De los nuevos precios de Supermercados Disco?
¿Del-champú-del-culo-de-la-modelo-que-se-comía-una-hamburguesa
en-la-moto-del-dueño-del-boliche-de -las-empresas-de-la-
reputísimamadrequelosparió?
¿Del cielo prometido a los imbécilesque creen en cualquier cosa?
¿Sobrevivientes de qué? ¿De existencialistas y vanguardistas, y de
ideologistas y ecologistas, de materialistas y maoístas, de especialistas
y violinistas?
¿De promotores y deudores y acreedores y vendedores de cuanta cosa
se les pueda ocurrir?
¿De la última picana sensitrónica importada de Hong-Kong?
¿De los dictadores de turno, (y los que esperan su turno)?
¿Sobrevivientes de qué?
Realmente no lo sé, de la vida supongo, la prueba está que todavía
estamos aquí, que no es poco, realmente no es poco.
Es lunes otra vez sobre la ciudad.