Concedo espacio a lo que quiero observar, cambio mis supuestos basicos para adaptarme a mi mismo. El querer se veulve en el saber, y siempre es el mismo resultado. Esta ecuacion que es sin ser se resuelve siempre dentro del mismo pensamiento obstuso. Obtengo lo que es, encontrando nada a mi alrededor. Soledad. Asi se resuleve el problema inicial, ese es el equivalente simplificado.
Condicionada por la entereza de lo absoluto, porque la soledad real es absoluta, se esconde entre multitudes de consecuencias. La movilizacion en esta situacion se vuelve externa y simbolica. Correr para terminar en el mismo lugar. Siempre a la misma distancia de todo, siempre dos segundos mas lejos de lo que deberia. La perspectiva qe permite esa distancia bendic a las opiniones que se
vuelven extranjeras frente a las comunes y al mismo tiempo extrañamente coherentes. Las pasiones se vuelven tambien distintas. Se vuelven direccionales y se mantienen relacionadas entre si segun su movimiento.
Las pasiones que se despiertan desde un foco externo y sensual se vuelven debiles, pero con la posibilidad de la reconsideracion espontanea como prioridad. Lo interno y racional se vuelve primordial y constante, que se mantiene siempre dentro de sus limites y siempre en contacto con ellos.
La soledad mantiene al ser humano en un estado de equilibrio casi constante, pero solo cuando es absoluta (real) y cuando se logra comprender y asimilar. Pero la soledad tambien corroe. Se enraiza en los ojos y nos ciega, nos mantiene sobrios, pero puede llegar a darnos una sobriedad embriagante. Quien no sabe llevar la soledad se mantiene enfermo en su propia burbuja de negacion y contradicciones.
El tener y el no tener se conjugan sobre el mismo objeto y con las mismas frases. La locura y sus imperantes soluciones dentro de un marco perfecto de logica interna. La locura, amante tragico de la soledad. Y asi se va el mundo, se va la luz de los ojos, y deciende la ambivalencia de este concepto. La poesia se conjuga con el infinito, la sangre se disuelve en suspiros no escuchados,
y el ser se envuelve en la nada. La soledad se sostiene a si misma en las manos ajenas, aunque esas manos tiemblen. |