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Homenaje a JUANA AZURDUY y en ella a todas las mujeres que lucharon por la Independencia de sus pueblos en el Mundo



Doña Juana Azurduy


Heroína y guerrera altoperuana, ofrendó su vida en procura de la libertad de Latino América en los primeros años del siglo XIX.

Nació en Chuquisaca, Alto Perú (Bolivia) en 1780, huérfana de sangre mestiza, se casó con el general Manuel Ascensio Padilla. Luchó con gran coraje en la guerra de la independencia de su país. Al morir su esposo asumió el mando de la guerrilla con el grado de Coronela.

El 25 de mayo de 1809, justo un año antes del alzamiento de Buenos Aires, se sublevó el pueblo de Chuquisaca, revolucionando el Virreynato del Río de la Plata desde el Alto Perú. Se destituye al virrey y se nombra gobernador a Juan Antonio Alvarez de Arenales. Es aquí donde aparece la figura guerrera de Juana. Deja sus cuatro hijos y acompaña a su esposo, ambos comprometidos en la causa anti-invasora, al campo de batalla.

Allí organizan una tropa de ayuda a las expediciones que envía Buenos Aires al Alto Perú. La primera, al mando de Antonio Balcarce y la segunda a cargo de Manuel Belgrano. Las crónicas de la época cuentan que cuando Belgrano la vió pelear le entregó su espada en reconocimiento a su bravura y lealtad a la causa.

Fue ella quien ocupó en plena guerrilla el cerro de la Plata y se adueñó de la bandera realista enemiga. Con esta acción el gobierno de Buenos Aires, al mando de Pueyrredón le concedió en 1816 el grado de Teniente Coronel del ejército argentino en virtud de su "varonil esfuerzo".

En ese entonces, todavía parecía más conveniente conquistar Perú por la vía altoperuana, es decir por el Norte.

Cuando San Martín se hace cargo del Ejército cambia de estrategia. Decide abandonar esa ruta y elige una más segura e innovadora: llegar a Lima por el Pacífico, luego de cruzar los Andes hacia Chile. Este cambio de estrategia, deja a Juana y a su tropa sin sustento económico y fundamentalmente abandonados a su propio destino. Así, Juana, vió morir a sus cuatro hijos y combatió embarazada de su quinta hija.

Feroz y decidida, montó a caballo con la pequeña Luisa y, juntas, se zambullieron en el río. Lograron llegar con vida a la otra orilla. La hija recién nacida quedó a cargo de Anastasia Mamani, una india que la cuidó durante el resto de los años en que su madre continuó luchando por la independencia americana. En 1816 Juana y su esposo, quienes tenían bajo sus ordenes 6000 indios, sitiaron por segunda vez la ciudad de Chuquisaca. Los realistas lograron poner fin al cerco, y en Tinteros, Manuel Ascencio Padilla encontró la muerte.

Manuel Belgrano, en un hecho inédito, envió una carta donde la nombraba teniente coronel. La cabeza de Padilla fue exhibida en la plaza pública durante meses, ésta se convirtió en un símbolo de la resistencia. El 15 de mayo de 1817 Juana al frente de cientos de cholos la recuperó.

Cuando queda viuda y con su única hija, se unió en la defensa del Norte bajo el servicio de Martín Miguel de Güemes. Tras la muerte del caudillo, sin mas combate, quedó carente de recursos para volver a su patria.

Su vida transcurrió en Salta reclamando inútilmente a Bolivia sus bienes confiscados. Recién en 1825, el gobierno salteño le otorgó dinero para su regreso .
Murió a los 82 años, olvidada y en la mayor pobreza. Se la enterró en una fosa común sin los honores ni las glorias que su accionar y compromiso por la patria merecía.

Más mujer como ella
No ha existido jamás
Que por nuestra libertad
Las armas nobles tomó
Y al enemigo enfrentó
Sin el brazo doblar.

Otras lindas mujeres
A ella se unieron
Y fuertes combatieron
A lanza y corazón
Con la firme razón
los libres no murieron

Juana y sus guerreras
Tantas luchas enfrentaron
Al enemigo ahuyentaron
En las hostiles tierras
Sin ayuda, en la guerra
Su frente no bajaron.

Este homenaje les rindo
con mi simple canto
y me cubre su manto
que protege mi pensar
por que es la libertad
lo que buscamos tanto.




JUANA AZURDUY- Cueca

Letra: Félix Luna
Música: Ariel Ramírez

Juana Azurduy,
flor del Alto Perú,
no hay otro capitán
más valiente que tú.

Oigo tu voz
más allá de Jujuy
y tu galope audaz,
Doña Juana Azurduy.

Me enamora la patria en agraz,
desvelada recorro su faz;
el invasor no pasará,
con mujeres tendrá que pelear.

Juana Azurduy,
flor del Alto Perú,
no hay otro capitán
más valiente que tú.

Truena el cañón,
préstame tu fusil
que la revolución
viene oliendo a jazmín.

Tierra del sol
en el Alto Perú,
el eco nombra aún
a Tupac Amarú.

Tierra en armas que se hace mujer,
amazona de la libertad.
Quiero formar
en tu escuadrón
y al clarín de tu voz,
atacar.

Juana Azurduy,
flor del Alto Perú,
no hay otro capitán
más valiente que tú.

Texto agregado el 21-11-2006, y leído por 755 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
07-01-2007 Merecido homenaje. Dime a quien homenajeas y te diré quien eres... UN ABRAZO! elnegropablo
22-12-2006 Me emocionó leer este homenaje. Otras palabras quedan sobrando. Gracias desde Bolivia. Un abrazo pedromarca
13-12-2006 Me pareció muy bello este homenaje que le haces a juana, esa mujer luchadora, no conocia esa historia me encantó conocerla... un saludo. y feliz navidad romantica_7
12-12-2006 Chilicote, es una belleza lo que haz escrito de Doña Juana Azrduy, mis felicitaciones y un cariñoso beso. ***** tequendama
 
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