En Batuco se juntan las mas diversas expresiones del Flaite criollo, aquí encontramos desde el delincuente "peligro vivo" y mafioso hasta el flaite "al peo" y poca cosa.
Esta historia cuenta de Gustavo alias "Tavo", alias "Tontavo", alias " Jalavo". El Tavo era por lo menos emprendedor y soñador, siempre a querido ser uno de esos Delincuentes respetados y como el mismo decía "llevarla"; un día nuestro amigo que en el ámbito del trabajo honesto era Maestro Soldador, recibió a pago aproximadamente $ 400.000 en la empresa donde trabajaba contratado, cualquiera de nosotros habría pagado deudas o comprado artículos que necesitáramos en nuestro hogar o ahorrado para los malos tiempos, pero Tavo no, el vio la oportunidad de hacerse conocido en el Lumpen del microtrafico y decidió irse con un amigo a comprar "merca" a La Legua para comercializarla en Batuco. Gracias a los conocimientos geográficos y de movilización de su amigo, ya que nuestro protagonista no era muy viajado (con suerte había carreteado del río Mapocho hacia el Norte) logro llegar a su destino y también gracias a los contactos de su acompañante logro dar sin contratiempos con la casa del "guatón Chandia" que lo surtió de una cantidad moderada de "Merca de la guena". Una vez en poder de su cargamento volvió raudamente y "con el culo a dos manos", según propia expresión, hasta el Terminal de las micros Batuco donde se embarcó hacia su casa, donde con el camarada procedió a preparar los papelillos de 5 Lucas que pretendía vender esa misma noche
- yo creo que si vendimos 50 "lillos" hoy día, le saco la plata y el me gano como 100 Lucas- como se podrá apreciar nuestro héroe no había leído los manuales de finanzas para las PyMes que dan en las municipalidades
- oye, y estará tan wena como la que nos dio el guatón a probar en su casa- le dijo su yunta con una mirada de inteligencia que el Tavo comprendió inmediatamente pues era lo mismo que el estaba pensando
-hagámonos una rayita pa probar poh`socio- y en menos que canta un gallo ya estaban, Carné en mano preparándose un tallarín de cocaína, el primero en saciar su afán empírico fue como es de suponer el socio capitalista y el Tavo, "escopeta" en mano o mejor dicho en la nariz procedió a jalarse de una pasada y por una sola fosa nasal los casi 15 cm. de falopa
-esta terrible guena wacho- fue todo lo que alcanzo a decir y un retorcijón lo obligo a dirigirse al baño, donde - a puerta abierta para vigilar a su amigo del alma - vació casi todo su contenido intestinal comprimido en un descomunal bloque fecal
- ´ta terrible pura wacho- le decía al camarada que en ese instante realizaba la misma faena en el WC - vamos a comprar una chela pa` pasar el terrón que me quedo en la garganta- la compra fue realizada en un instante y al regresar sus planes comerciales habían variado un poco, pues se le había despertado la gula con el maravilloso manjar que había probado
- si vendo 40 "lillos" saco la plata y el resto lo tiramos, pero tenis que ayudarme a venderlo si -
- na´a mas por mijo, uste sae- las cervezas y los cigarros eran necesarios para el plan trazado y el Tavo debió rajarse pues el socio estaba "helao".
Bueno la historia es sencilla, después de una noche de amigos por interés, cervezas, cigarrillos y una inexistente fuerza de voluntad de las 400 Lucas en Merca no quedaba nada y de los proyectos comerciales ni que decir, solo un insufrible "resfrió colombiano"
- puta compadre nos juimos en la vola`, pero pa` la quincena si la hago-