5 de enero, un día muy especial para esa pequeña.
cada vez que llegaban las navidades ella saltaba de alegría, para ella sin duda la mejor fecha del año, a pesar, de que ya no era tan cría y sabia quien eran los reyes magos.
Las luces, los árboles de navidad, todo la fascinaba, pero sobretodo era el espíritu de esas fechas, unirte con tu familia..
no lo sabia muy bien, pero había algo especial en esos días .
Aunque...esas navidades no fueron igual que las anteriores.
No había sido un buen año, sus padres no andaban bien económicamente. Habían tenido que pagar muchas cosas , muchos gastos y para colmo tuvieron que abandonar el piso en el que estaban por fin de contrato y sin posibilidad de encontrar nada dada la fecha, tuvieron que pasar la navidad en una pensión, y la verdad no era nada barato una habitación , pagar día a día...
La pequeña sabia que esas navidades no seria iguales, no abría arbolito, ni cena especial, ni...tal vez ni siquiera juguetes..
Su madre que tanto la quería, solo sufría pensando tan desafortunada situación para la niña.
Sabia que no había dinero para regalos esas navidades , pero algo haría....
La tarde anterior al día 5, dando un paseo por el centro, la niña se paró frente a una tienda, en el escaparate había cientos de cosas bonitas y curiosas, pero enseguida apartó su vista de aquello sabiendo que no podría tener nada de lo que allí se encontraba.
Su madre la miró la apretó la mano y la dijo:
-mi niña no hay dinero, perdóname, perdóname por no darte lo que quisiera, porque tu te lo mereces todo..-
Las lagrimas de su madre empezaron a brotar, sintiendo un dolor muy profundo que nada aliviaría.
-mira mi niña, cuando estemos en la nueva casita y todo vaya mejor, te prometo que tendrás todo lo que pueda darte-
La niña con lagrimas en los ojos también, abrazó a su madre y la dijo:
-no pasa nada mamá no llores, yo no quiero regalos, yo solo quiero que estemos juntitas, como siempre-
Su madre no podía contener el llanto y apretó la niña contra su pecho, era su pequeña, su regalo, cuando las cosas iban mal ella estaba ahí para hacerla sonreír, para hacerla ver lo bella que puede ser la vida, una vez mas la enseño que ella solo quería su amor, ya que era lo mas importante.
Sin embargo no se sentía bien, era una niña, como todos los niños, debería tener una buena navidad..
Amaneció aquel día 5, todas las calles preparadas para la cabalgata, todo el mundo colocando los regalos..
La niña solo espera las 7 de la tarde, poder ver la cabalgata por la tele, eso la gustaba, y eso no podría quitárselo nadie.
Eran las 5 y su madre la dijo que iba a salir un momento. La niña la dijo que no tardase mucho para que viese la cabalgata con ella.
Su padre sentado en al cama la miraba con preocupación, sabia la situación pero el también se sentía culpable y no mediaba palabra.
Las horas pasaban, llegaron las 7 y su madre no estaba allí, la niña miro el reloj y se alarmó, su padre la tranquilizó pero ella empezó a apenarse, quería a su madre allí.
La cabalgata seguía y la niña solo apenas la prestaba atención, solo pensaba donde estaría su madre.
Y una vez acabada la cabalgata la pequeña se metió en la cama, sin ganas de cenar, ya había perdido la magia la navidad, su madre no estaba allí, con ella en ese momento.
El reloj marcó las 10 y su madre entro por la puerta, parecía agotada y en sus manos llevaba una pequeña bolsa.
Se acercó a la cama y despertó a la niña que nada mas verla la abrazó sin poder recriminarla nada.
Su madre la dio la bolsita y la sonrío.
La pequeña abrió el envoltorio y vio una hermosa agenda azul turquesa, su color favorito, con manchas negras y echa de pelo, muy suave.
Sus ojos se iluminaron y le dijo a su madre:
-Es preciosa, de donde la has sacado?-
Con una sonrisa en la boca la dijo
-me encontré a los reyes por el camino mi niña-
Ella sabia que no hacia falta preguntar mas, pero su madre prosiguió
-cariño, tu tienes el mismo derecho que cada niño a tener un regalo, no te puedo dar lo que quisiera pero..
Mi amor perdóname, no había nada abierto ya, no pude encontrar ninguna tienda, solo tenia 1000 pesetas y me acorde de la tienda que te quedaste mirando ayer, con suerte estaba abierta y pude comprarte esto, se que es tu color favorito..
Se que no estuve en la cabalgata contigo pero tarde porque me tope yo misma con la cabalgata y no pude pasar hasta que terminó, te cogí unos caramelos, me los dio Melchor, se que te gusta Melchor..-
La niña empezó a llorar, su madre se había pasado 5 horas pateando las calles con 1000 pesetas en el bolsillo para poder traerla un pequeño regalo, para la niña el regalo había sido la intención de su madre, su amor por ella fue suficiente regalo.
Se abrazaron las dos y la pequeña acaricio a su madre:
-mamá te quiero mucho, estas son las mejores navidades -
Su madre sonrió :
-feliz navidad princesa, feliz navidad-
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